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Deportes|Sábado, 21 de junio de 2014
DESDE EL PANNO DE AZUCAR

Mano a mano con una militante de No habrá Copa

Por Juan José Panno

Elza es una cuarentona que lleva muy bien puestas sus primaveras. Flaca, de ojos saltones, dientes blanquísimos. Estuvo en pareja con un español y domina bastante bien el castellano, aunque a veces se le escapa algún cambio de artículo, en especial cuando habla de “la frente”.

Y todo el tiempo dice “la frente”, en referencia al Frente Independiente Popular en el que milita con entusiasmo juvenil casi desde su creación el año pasado. Elza, que es licenciada en historia y se gana la feijoada como empleada administrativa, pone toda sus energías, que por cierto parecen muchísimas, en la lucha de su grupo contra la Copa de ahora, y contra las elecciones de octubre. Estamos sentados en Copacabana, en uno de esos barcitos junto al mar. Lo primero que dice es que Río es una ciudad militarizada y cada vez que pasa un jeep o desfilan solados o policías advierte: “Mira, mira... ahí van, atrás, mira, mira, en la vereda de enfrente, mira, mira, uhhhh, es increíble”.

Le digo que la clase media argentina quisiera para Buenos Aires tanta policía en la calle y dice que sí, claro, que no tiene dudas. Al Frente se lo conoce más por el lema No habrá Copa. Ella sabe que hay Copa, y lo sabe muy bien, porque un rato antes de nuestro encuentro llevó a su futbolero padrino de 80 años a ver Brasil-México en una pantalla gigante. “A mí también me gusta el fútbol, pero no quiero a la FIFA y todas las imposiciones que puso y le aceptaron, y quiero que se sepa que aquí se reprime, que el gobierno no respondió a las expectativas que había creado, que el PT negocia con el poder económico, que se necesitan planes para viviendas dignas, una ley de medios, planes serios para la salud, reforma agraria de verdad y no paliativos de planes sociales”, y me pide que entre a la página de “la frente” en Facebook. Entro, leo, copio, pego.

“Ante las protestas populares crecientes, la única respuesta presentada por el Estado reaccionario brasileño ha sido el aumento implacable de la represión. Al cumplir 50 años del terror del golpe militar, las manifestaciones siguen siendo tratadas como cuestión de ‘seguridad nacional’. La Ley de Excepción de FIFA (Ley General de la Copa) y la legislación antiterrorismo instalarán un estado de excepción que recuerda los duros años de la dictadura militar. Lejos de demostrar la fuerza del Estado, esas medidas comprueban el de lucha que tiene nuestro pueblo. No hay un día siquiera que el país no sea sacudido por algún foco de revuelta contra la situación de colapso del sistema de sanidad, transporte, educación, vivienda, contra el desempleo, la carestía o contra la propia violencia policial. El Brasil de 2014 no tiene nada de patria del fútbol, al contrario, es un barril de pólvora de dimensiones continentales.

Es imperativa la defensa de la Revolución, o sea, de un cambio radical, que no pase por la institucionalización de la lucha sino por la destrucción de la institucionalidad política burguesa-latifundista: ése es el camino que el FIP-RJ señala para todos/as los/las activistas y se condensa en la consigna acerca de la farsa electoral: ‘¡No vote, Luche por la Revolución!”

Le digo que parece un manifiesto anarquista. Cuenta que en el Frente hay de todo, anarquistas, pero también socialistas, personas sueltas desprendidas del PC, desencantados del PT y de otras muchas organizaciones, y cuenta en tono crítico que también están los que proponen las movilizaciones a la mañana si a la tarde hay partidos. Digo que yo sería uno de ellos y ríe con ganas Elza, aunque enseguida se pone seria y cuenta que pasan cosas graves, que a un linyera lo metieron preso porque tenía en las manos una botella de detergente y creían que era una molotov; que la llamada pacificación en las villas es ficticia, porque lo único que hicieron fue negociar con los narcos para que no mostraran las armas; que con el asunto del Mundial barrieron con los chicos de la calle y metieron de a 500 en sitios donde sólo hay lugar para cien; que no dan las viviendas que dicen; que la gente está cansada de promesas.

También anuncia que el 23 va a haber una concentración grande en la estación de metro Arcos Verdes. “Ahí hay que ir con la cara tapada porque la policía filma todo con unas cámaras más grandes que las de la CNN y hay que llevar vinagre en la cartera y solución fisiológica para contrarrestar el gas pimienta. Ahí se va a escuchar la voz del pueblo. Río de Janeiro no es sólo Copacabana e Ipanema.”

Antes de la despedida dice que en la página de “la frente” hay como un fixture de las manifestaciones previstas. Le pregunto si la manifestación final se hará en Río o en San Pablo y si van a estar Argentina y Brasil y sonríe la vital Elza, con sus dientes blanquísimos, y dice no sé qué otra cosa de “la frente”.

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