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Deportes|Jueves, 10 de julio de 2014
El fútbol se vio con cuentagotas, pero la estatura del equipo alcanzó otra dimensión

Ahora sólo les queda hacer un último esfuerzo

El rival era de lo más riesgoso que le había tocado hasta el momento. La Selección no pudo lucirse ni ejercer supremacía como ante Bélgica, pero esta vez el esfuerzo, el sacrificio y la entrega máxima de los jugadores hicieron la diferencia.

Por Adrián De Benedictis
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Maxi Rodríguez, Enzo Pérez y Marcos Rojo encabezan el delirio argentino después de que la Selección se asegurara el pase a la final.

Desde San Pablo

Las barreras impuestas hace 24 años siguen siendo derribadas por este seleccionado argentino. Los hombres que en esa fecha recién daban sus primeros pasos lograron en este Mundial de Brasil instalar nuevamente al país en una final del mundo. Y ahora apuntarán a quebrar también ese maleficio vigente desde 1986, alcanzando el tercer título para engrandecer aún más la historia. El destino hizo que fuera en la tierra de los máximos campeones, en el mítico estadio Maracaná, y ante otra potencia como Alemania. Lo conseguido hasta el momento es extraordinario, pero el conformismo es algo que no atraviesa la cabeza de estos jugadores, que a partir de hoy sólo apuntarán a llegar a la cima.

El esfuerzo de ayer fue supremo y hubo que llegar a una definición por penales para jugar el famoso séptimo partido, el que sirve realmente. El rival era de lo más riesgoso que le había tocado hasta el momento: Holanda. El último subcampeón que tenía pretensiones grandes. Argentina no pudo lucirse ni ejercer supremacía como lo hizo el sábado pasado ante Bélgica, pero esta vez fue el esfuerzo, el sacrificio y la entrega máxima de los jugadores lo que hicieron que siguiera adelante aquí en Brasil.

La mayoría de estos protagonistas vivieron de cerca las dos últimas eliminaciones de la Copa del Mundo, precisamente ante el rival del domingo próximo, y por ese motivo el anhelo de cambiar ese final es enorme.

El líder en ese rubro fue Javier Mascherano, el que no lleva la cinta de capitán pero actúa como tal. A partir de él comenzaron a construirse los cimientos de esta nueva epopeya futbolística. En un partido donde los dos mostraron temor de ir hacia adelante, sobre todo por lo que había pasado en la otra semifinal con Brasil, el volante lideró al grupo en busca del destino deseado.

Messi no pudo esta vez ser la vía de desequilibrio en la que el equipo deposita todas sus chances. El rosarino estuvo muy contenido por sus marcadores, y si bien cada vez que encaraba con la pelota en su poder transmitía riesgo, no logró terminar las jugadas como él habría querido. Su único acercamiento al arco holandés fue a través de un tiro libre, lo que explica los pocos espacios que le están dejando.

A diferencia de lo que ocurrió ante los belgas, Pérez comenzó el partido por el lado izquierdo del mediocampo y Lavezzi por el otro. Los movimientos de piezas no fueron positivos, debido a que la pelota estaba más tiempo en poder de los holandeses.

Lo que viene priorizando el seleccionado es el aspecto defensivo y en este duelo no fue la excepción. La idea era cortar las combinaciones entre Robben, Van Persie y Sneijder, algo que consiguió la mayor parte del juego. De esta manera, el equipo pierde la contundencia que mostraba antes en ofensiva. Igualmente, las mejores opciones para convertir las tuvo el conjunto de Alejandro Sabella, mientras que Holanda sólo al final pareció más entero en lo físico, lo que le permitió tener un poco más de profundidad.

Los europeos también salieron a jugar el partido con cautela. Lo que sucedió con los locales era algo que seguía dando vuelta en San Pablo. Y como ninguno terminaba de lanzarse con decisión, el desarrollo era bastante deslucido. Alguna aparición individual era lo que podía romper la monotonía, pero también se hacía difícil que eso sucediera con frecuencia. Todo desembocó en una definición por penales que a diferencia de la mayoría, que suelen agregarle más dramatismo a todo, los que tuvieron que ejecutar no fallaron, y principalmente el arquero Romero respondió cuando más se lo necesitaba. El misionero apareció desde el inicio de la serie y provocó que el nerviosismo se trasladara a los holandeses.

En los últimos dos partidos de Argentina fue donde se vio mayor firmeza de mitad de cancha hacia atrás, y teniendo en cuenta el poder ofensivo que mostraron los alemanes en la goleada ante Brasil, seguirá siendo vital este punto para que el camino esté allanado. En ese sentido, el conductor viene aprobando materias frente a los adversarios de más riesgo y seguramente seguirá intensificando esa idea para lo que se viene. Y así poder continuar el recorrido a la cúspide.


Estadio: Arena Corinthians (San Pablo).

Arbitro: Cuneyt Cakir (Turquía).

Cambios: 46m Janmaat (5) por Martins Indi (H), 61m Clasie (5) por De Jong (H), 80m Palacio (5) por Pérez (A), 81m Agüero por Higuaín (A), 95m Huntelaar por Van Persie (H), 100m M. Rodríguez por Lavezzi (A).

Incidencias: definición por penales: para Argentina convirtieron Messi, Garay, Agüero, M. Rodríguez; para Holanda, Robben, Kuyt. Romero (A) le atajó a Vlaar y a Sneijder.

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