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La Selección Argentina contó durante la Copa del Mundo con un jugador que fue el líder dentro de la cancha, a pesar de no tener la cinta de capitán. Javier Mascherano, que le cedió ese lugar a Lionel Messi, fue uno de los pocos que hizo un análisis profundo y reflexivo de lo que ocurrió en Brasil, a partir del dolor que le causó la situación del domingo pasado en el estadio Maracaná. El jugador cumplió un torneo de manera muy destacada, aunque relativizó esa situación y eligió remarcar el empeño que hizo el grupo para lograr el segundo puesto.
–¿Desde adentro percibieron la misma paridad que se vio de afuera en el juego? –preguntó Página/12 iniciando el diálogo.
–Sí, no faltó nada para ganar.
A continuación, las definiciones de Mascherano:
“No pienso en lo personal, si no no hubiera elegido un deporte de equipo. Siempre tuve la tranquilidad en mi vida de que las cosas las hice como las tenía que hacer. Lamentablemente, a veces se juzga todo por un resultado y no por lo profesional. Estoy tranquilo porque la gente que está conmigo sabe lo que le dedico a esta profesión.”
“No soy de los que piensan que al perder una final está todo mal, analizo las cosas desde otro lugar. Me quedo con lo que había dicho hace unos días, pretendía que el equipo esté a la altura y lo consiguió.”
“El equipo no se lleva la Copa pero deja otras cosas. Deja unos valores muy grandes, en un país donde a la gente le cuesta creer, ha vuelto a creer en nosotros. La hemos representado como lo teníamos que hacer.”
“Yo sentía que era el día, va a pasar mucho tiempo para que se vuelva a dar todo de la misma manera.”
“Mis compañeros me dieron la posibilidad de jugar una final, ante un rival que en teoría era una máquina, y le jugamos de igual a igual todo el partido.”
“En Brasil me convencí de que si estamos juntos somos imparables. Llegamos desde muy abajo a jugar una final contra Alemania, y con chances claras de ganar.”
“Como sabemos ganar también tenemos que saber perder. El árbitro no influyó en nada.”
“Si Sabella se va es una decisión de él, tampoco sabemos quién seguirá de nosotros.”
El jugador destacó “todo el sacrificio que hizo el equipo. También el aliento que recibimos de la gente, la que vino hasta acá y la que nos hacía llegar todo desde Buenos Aires”. Y fue más allá: “En esto se puede ganar o perder, pero el grupo dejó todo y eso es algo que no nos podemos reprochar. No se pudo, nada más. Hemos realizado un trabajo en conjunto durante todo el Mundial muy bueno, un trabajo mental muy grande”.
El subcapitán se recibió de emblema argentino durante la Copa. Esa que no pudo lograr para las vitrinas, pero el respeto que se adjudicó fue enorme. Su futuro en la Selección no parece estar condicionado, y afrontaría otra etapa para apuntar la mira hacia el 2018. Durante ese lapso, Mascherano seguirá ofreciendo las mismas cualidades que lo llevaron a convertirse en el motor de un grupo que lo respalda como tal.
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