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Deportes|Domingo, 5 de octubre de 2003
A CINCO DIAS DEL COMIENZO DEL MUNDIAL DE AUSTRALIA, EL TECNICO EVALUA LAS PERSPECTIVAS

Loffreda, un genuino adiestrador de Pumas

Llegó la hora de poner en la cancha la experiencia y el saber acumulado en los últimos tres años de trabajo. Marcelo Loffreda cree en Los Pumas, pero al mismo tiempo es muy cauto: el grupo integrado junto a Australia –campeón del mundo–, Irlanda, Namibia y Rumania es el más duro y ya pasar será un logro. No será fácil repetir el quinto puesto de Gales ‘99 porque ahora “ya no nos subestiman”.

Por Adrián De Benedictis
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Marcelo Loffreda, 43 años, conductor de Los Pumas, a sólo cinco días del debut ante Australia.
La cita máxima está ahí. Apenas quedan cinco días para que la Selección Argentina de Rugby debute en el sexto campeonato del mundo. El próximo viernes comenzará la prueba donde el equipo nacional volcará todos los conocimientos y la experiencia adquiridos en los últimos tres años. En ese período, el conductor Marcelo Loffreda realizó su trabajo para arribar a Australia con todas las bolillas bien aprendidas. Así, a los 43 años, el entrenador principal –el segundo técnico es Daniel Baetti– del plantel nacional sólo imagina aprobar el examen. Antes de viajar a Oceanía, Loffreda dialogó con Página/12 y expuso sus sensaciones.
–¿Llegan en el momento ideal a la Copa del Mundo?
–Llegamos en el momento en que hay que llegar, no sé si es el ideal, pero vamos a tratar de llegar a ese punto. Esto no cae como una cuestión mágica, esto es fruto de un ciclo que se ha ido llevando etapa tras etapa, donde se ha ido trabajando en diferentes aspectos en forma paulatina y progresiva. Creemos que estamos en un nivel bastante aceptable; todavía tenemos unos días de preparación, y ahí trataremos de solucionar las falencias que nos están quedando. Siempre pensando en un nivel de jugadores, en un nivel de juego, y fundamentalmente en un nivel de equipo. Pero el nivel ideal es el que este equipo es capaz de poder dar. Yo diría que ahora estamos en siete puntos aproximadamente, pero podemos alcanzar el diez.
–¿La idea será defender el quinto puesto alcanzado en Gales ‘99?
–Mi idea es tratar de alcanzar lo máximo que pueda dar este equipo, ésa es mi propuesta, y eso es lo que les transmitimos a los jugadores. En términos numéricos, tenemos que pensar que deberíamos cubrir lo que se hizo en el Mundial anterior, es decir, entrar entre los ocho primeros. Eso va a ser una tarea difícil, porque tenemos una zona complicada. Superar la primera etapa será un logro muy importante.
–¿Aspiran a eso por el grupo que les tocó integrar?
–Es el más difícil. Si nos remitimos al último ranking que sacó la IRB (International Rugby Board), Australia está cuarto, Irlanda tercero y Argentina séptimo. Entonces están compartiendo la misma zona tres equipos que están entre los siete primeros, lo cual es poco razonable.
–¿Pero sentís que ahora Los Pumas se ganaron el respeto mundial definitivamente?
–Creo que Los Pumas están considerados dentro del contexto mundial de una manera mucho más marcada que antes. De hecho, ahora no sólo se los respeta sino que se los estudia. Los equipos hablan con un enorme cuidado cuando hablan de la Argentina, y eso para nosotros tal vez es algo desfavorable porque somos mucho más observados; ya no somos subestimados.
–¿Cuánto tuviste que ver vos para lograr ese respeto?
–Nosotros hemos tratado de colaborar, pero fundamentalmente los que han hecho todo este trabajo fueron los jugadores, que son los protagonistas. Ellos, a través de sus actuaciones individuales, de su participación en equipos extranjeros de mucha jerarquía a nivel mundial han ido, individual y grupalmente, ganándose un espacio en el rugby mundial. Nosotros hemos tratado de orientarlos, pero nada más que eso. Los laureles son de ellos.
–¿En qué lugar ubicarías a Argentina en la escala mundial?
–La Argentina está dentro de los diez primeros equipos del mundo y puede jugar de igual a igual con cualquiera de ellos. Pero los argentinos somos muy propensos a la desconcentración, entonces si nosotros caemos en eso podemos ser décimos o decimosegundos. Cuando estamos concentrados podemos complicar hasta al mejor, pero eso depende mucho del aspecto mental. Dentro de ese grupo todo puede variar sustancialmente en cuestión de nivel, y de ganarle o perder contra cualquiera.
–¿En estos tres año pudiste lograr lo que te propusiste?
–Sí, por ahora. Pero todo esto tenía un objetivo fundamental que era lo que vamos a encarar ahora. Nuestro máximo objetivo es poner al equipo en el nivel más alto que pueda alcanzar. Eso lo podemos lograr por la capacidad y la calidad de sus integrantes, y trabajando como equipo.
–¿Y este es el desafío más grande de tu carrera?
–Sí, sin duda. Es el desafío más importante de mi carrera como rugbier: no de mi carrera profesional, porque no soy profesional de esto.
–Precisamente, ¿pudiste armar una estructura profesional trabajando como amateur?
–Este equipo trabajó como profesional por la dedicación que tienen, por el aspecto mental que les ponen a las prácticas, y a los momentos que estamos juntos. Nosotros también tratamos de trabajar de esa manera, más allá de que contamos con una estructura semiamateur, porque hay viáticos, y ciertas utilidades a nivel rentabilidad con los jugadores que hacen una preparación en el país. Después, es puramente amateur.
–¿A vos te molestó esa diferencia, teniendo en cuenta que los jugadores viven del rugby?
–Para nada, estamos todos dentro de la misma bolsa. Los jugadores manejan sus intereses junto con la UAR (Unión Argentina de Rubgy) de la manera amateur, pero tratando de conseguir ciertos beneficios, y nosotros desde el cuerpo técnico intentamos hacer lo mismo. Pero hay que dejar algo claro: nosotros también trabajamos profesionalmente.
–¿En estos últimos días pudiste corregir los aspectos del juego donde había más déficit?
–Estamos intentando hacerlo, y nos estamos abocando a esos aspectos. Creo que siempre hay que seguir apuntando a la mejora, fundamentalmente en el aspecto mental y anímico. Sobre todo, lo que hace a la actitud de los jugadores, que eso vaya por los carriles convenientes, y que el viernes estemos en el punto más alto. En el tema del rugby específicamente, estuvimos ajustando algunos aspectos a nivel global o integral, sobre todo en el line out y en la organización defensiva. Allí tuvimos algunos altibajos en la última etapa de competencia, tanto en el Panamericano como en los últimos dos amistosos. Después pasamos a pulir algunos detalles, porque por uno te puede costar un partido.
–¿Te preocupó que en el encuentro en Rosario al equipo no se lo viera muy concentrado?
–Lo que ocurrió allí fue un tema anímico, quizá no estábamos del todo preparados en ese aspecto para afrontar el partido. A pesar de que marcamos nueve tries, ciertas cosas que pretendíamos practicar no las hicimos bien, y era por una cuestión de concentración a nivel mental. Yo lo atribuyo a que estábamos muy cerca del Mundial, y los jugadores buscan inconscientemente no lesionarse.
–Pensando más en la estrategia, ¿puede influir mucho la ausencia de Lisandro Arbizu?
–Lisandro sufrió esa lesión y nos afectó negativamente en algo fundamental, que era la actitud para poner en práctica las cosas que queríamos evaluar en el último tiempo. También hay un aprendizaje, que es justamente ese llamado de atención. Este es un juego donde prevalece la parte mental, y no podemos darnos licencias. Lisandro no estará y hay que convivir con ello.
–¿Pudiste analizar el planteo que presentarán ante Australia, el campeón del mundo?
–Sabemos, a grandes rasgos, el esquema de juego que ellos han tenido en la última etapa, y lamentablemente tenemos un lapso de ignorancia porque hace mucho que están sin actividad. Creemos que esto puede ser una ventaja para ellos, porque no tenemos la última visión de lo que están haciendo, pero también puede ser contraproducente porque hace 60 días que no están jugando.
–¿Argentina debe repetir algo del Mundial de Gales?
–Tratar de salir dentro de los ocho primeros. No lo tomo como un objetivo fundamental, pero sí hay que tratar de llegar a eso. Por lo menos para tratar de mantenernos al mismo nivel, y para seguir siendo considerados a nivel mundial.
–¿Después del Mundial vas a dejar el cargo?
–No tengo pensado seguir. Nuestro mandato termina este año, así que directamente no estoy continuando, se termina en el Mundial.

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