Pese a las críticas, las observaciones escépticas con respecto a un instrumento punitivo que no irá acompañado de otro tipo de medidas de prevención y control, el gobierno nacional aparece encolumnado en el respaldo y la aceleración del proyecto de ley antiviolencia deportiva presentado esta semana por Daniel Scioli. Precisamente, el presidente Eduardo Duhalde estimó ayer que durante este mes de marzo la ley estará aprobada en el Congreso.
“Tengo el compromiso de los legisladores de tratarla muy rápido y posiblemente dentro de este mes”, afirmó Duhalde en relación con el proyecto de ley presentado por el secretario de Turismo y Deporte. Duhalde insistió en que “es necesaria la ley, pero más necesario que se cumpla porque hay personas que son claramente individualizadas, son detenidas, y el próximo domingo están en la cancha”. “Si no se aplica la ley, el problema lejos de resolverse se va a ir agravando”, advirtió el titular del Ejecutivo en su programa “Conversando con el Presidente”, que se emite por Radio Nacional.
La ley, presentada por Scioli el martes último ante la Cámara de Diputados, considera a los organizadores, dirigentes o deportistas que incitaren con sus actitudes a la violencia en los estadios, como incursos en un delito “con penas de hasta un año de prisión”.
La ley contempla también la controvertida figura del “homicidio por odio deportivo” y otros “vacíos legales” existentes en las otras normas, como los disturbios cometidos en el trayecto cubierto por los aficionados al dirigirse o retirarse de los estadios. Se elevará también a la categoría de delito (antes estaba en el ámbito contravencional) la introducción, guarda o portación de armas blancas o punzantes, incorporando penas de seis meses a tres años de prisión para los responsables. Además, se considerará delito la portación de pirotecnia explosiva o emanante de fuegos luminosos y se le dará esa categoría penal al hecho de arrojar líquidos, papeles encendidos, objetos contundentes o sustancias que pudieran causar daños o molestias a terceros.
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