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Malena Monjes tiene nueve años y vive en la Villa 1-11-14 del Bajo Flores, donde el tenis es algo extraño. Sin embargo, vibró ayer al ver a Rafael Nadal (foto), que visitó el estadio de San Lorenzo para jugar con niños de ese asentamiento. “No me dio miedo, pero es demasiado alto y... es muy lindo”, dijo Malena del español, con una sonrisa pícara mientras estrujaba contra su cuerpo la pelota que le regaló el número cuatro del escalafón mundial, luego de pelotear con ella. Apenas un puñado de los casi cien niños que se acercaron a verlo lograron el sueño de jugar unos minutos con él, que extendió su visita para firmar todo lo que le pusieron a su alcance.

“Agradezco que me hayan invitado, siempre es un placer para mí estar con niños, los chicos son el futuro, siento mucho no haber podido jugar con todos”, expresó Nadal. El jugador se mostró divertido al asedio infantil por conseguir una firma, una foto o lo que fuera de su parte, entre un remolino de fotógrafos, admiradores y madres ávidas por capturar el momento en sus teléfonos móviles.

Nadal jugó un dobles en pareja con Mauricio Macri y del otro lado estuvieron el presidente de San Lorenzo, Matías Lammens, y el vice y conductor televisivo Marcelo Tinelli, que jugó pese a calzar zapatos y vestir traje.

Por la tarde, Nadal no la pasó tan bien junto a Juan Mónaco, ya que perdieron 6-4, 3-6, 10-7 ante los argentinos Federico Delbonis y Andrés Molteni. En semifinales, los ganadores jugarán contra la dupla integrada por el finlandés Jarkko Nieminen y el brasileño Andre Sa.

Nadal ganó y perdió

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