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Pablo Aimar oficializó ayer su retiro del fútbol y aseguró que hizo “todo para poder jugar en un buen nivel en River”, aunque reconoció que físicamente hubo “señales muy claras” que le imposibilitaron estar “a la altura” de la alta competencia. “La situación es que hice todo para poder estar en condiciones y para jugar en un buen nivel en River, pero no se dieron los resultados que esperaba. Me estaba costando mucho entrenar y desde un principio mi forma de exigirme es ésta: si soy útil sigo y si no no sigo”, comunicó el ex mediocampista por FM 104.1. Y agregó: “Tomé la decisión y les mandé un mensaje a mis compañeros, que trascendió. También un audio a un amigo que no sé cómo se conoció. Pero es lo mismo. Había señales muy claras de que no podía estar a la altura. Mucha gente me llama o me escribe con tristeza, pero no lo tomo así, no lo vivo con tristeza sino que soy consecuente con lo que pensaba hace diez años”.
Aimar consideró que si él fuera el técnico “hubiera hecho lo mismo” de haberlo dejado fuera de la lista de la Copa Libertadores, y que eso fue “una clara señal de que no estás para ayudar”.
El cordobés indicó: “Ahora ir a Río Cuarto, estar con la familia. Para mí no es una tragedia. Para mí es un juego. Futbolista es el que alquila una cancha y el que juega con 50 mil personas. Yo voy a seguir jugando, a otro nivel y caminando. Seré más tiempo padre de lo que fui cuando nació Agustín (su hijo)”.
En cuanto a su situación, Aimar enfatizó que “siempre con la mejor voluntad y una sonrisa” encaró cada trabajo desde su regreso a River, aunque las constantes lesiones le impidieron desenvolverse normalmente. Sobre su relación con el entrenador Marcelo Gallardo, Aimar dijo: “Está todo bien, fue todo hablado y claro, sincero. Hay cinco lugares para seis jugadores y el sexto soy yo. Así no sumo”.
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