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Deportes|Jueves, 8 de octubre de 2015
Opinión

La recuperación del deporte y los desafíos

Por Osvaldo Arsenio *

Exactamente a mediados del siglo XX, en 1950, Argentina tenía el segundo presupuesto de América para el deporte de competencia y era uno de los líderes mundiales en deporte social, el cual era alentado fuertemente por el Estado desde 1946.

Asimismo, poseía una gran infraestructura deportiva basada en un sistema de clubes que había crecido fuertemente junto a diversos emprendimientos municipales, lo que facilitaba el acceso de niños y jóvenes al deporte en sus más diversas manifestaciones.

Lamentablemente, al final del siglo XX y en los comienzos del nuevo milenio todas estas ventajas comparativas con otros países habían desaparecido a favor de la acción destructiva de las diversas dictaduras y de la inoperancia de los gobiernos con orientación neoliberal.

El presupuesto para deportes se derrumbó hasta no aparecer entre los 10 primeros del continente. La infraestructura fue desapareciendo ante las sucesivas crisis que doblegaron a los clubes de barrio que en el mejor de los casos, para no desaparecer, debieron ser “gerenciados”, eufemismo que escondía la privatización de los mismos, y por ende, su sustracción de las posibilidades de uso por parte de las franjas sociales más vulnerables.

Hace 12 años, desde 2003, se produce nuevamente una fuerte presencia del Estado en el deporte, el presupuesto aumenta más de 15 veces, las becas a deportistas pasan de 400 a más de 1500, se crea la primer Escuela Media con orientación deportiva que funciona en el Cenard, el deporte social crece exponencialmente con los Juegos Evita y diversos Juegos Regionales, como los del NOA, NEA, La Araucanía y los Bonaerenses, que llegan a movilizar en total más de 2 millones de niños y adolescentes.

Los resultados deportivos desde Atenas 2004, pasando por Beijing 2008 y Londres 2012, acompañaron este crecimiento con 16 medallas, la mejor producción en tres juegos consecutivos en más de 60 años.

Se promulgan leyes como las de la creación del Enard, organismo mixto conformado por el COA y la Secretaría de Deporte que ayudó a duplicar la inversión en el deporte de competencia y agilizar la demanda de deportistas, técnicos y federaciones.

¿Está todo logrado entonces? Por supuesto que no.

Los próximos desafíos de un Estado presente pasarán por la creación de más infraestructura deportiva, y la utilización de los Juegos de la Juventud del 2018 en Buenos Aires como trampolín para el despegue competitivo de las disciplinas deportivas menos conocidas por la población, también será decisiva la profundización de las sinergias entre estudio y deporte y la utilización cada vez mayor del aporte científico interdisciplinario para la captación, seguimiento y desarrollo de los talentos deportivos.

Un camino enorme recorrido en poco más de una década, y otro gran desafío para seguir consolidando a nuestro deporte en todas las áreas y para las generaciones futuras.

* Director nacional de Deportes.

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