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Como para cuestionar con los hechos a los fundamentalistas de eso que se da en llamar “el trabajo de la semana”, en poco más de un mes se dieron dos situaciones bastante parecidas, aunque en dos torneos diferentes del fútbol vernáculo.
En la octava fecha del campeonato de Primera, Quilmes, cuyo plantel superior llevaba alrededor de cinco meses sin cobrar, le ganó 3 a 0 a San Lorenzo. Los ganadores ni se entrenaron, ni se concentraron en los días previos al partido. Faltando solamente la definición del torneo, San Lorenzo pelea con Godoy Cruz el primer lugar de la zona 1 con nueve partidos ganados, tres empatados y sólo dos perdidos y treinta puntos, mientras Quilmes, ocupa el duodécimo lugar con sólo tres partidos ganados, cinco empatados, seis perdidos y catorce puntos.
En los últimos días y por la copa Argentina, un equipo bastante más modesto, Estudiantes de San Luis, cuyos jugadores que estuvieron nueve días sin entrenarse por no recibir haberes en alrededor de medio año, le ganaron 2 a 1 a la primera división de Temperley.
En ninguno de los dos casos, hubo “trabajo de la semana”, y muchísimo menos tres turnos, y sin embargo para los resultadistas, las estadísticas están a la vista. No se trata de demonizar los entrenamientos, en cambio sí de terminar con los mensajes de quienes pretenden hacer creer que la pelota es una cuestión menor.
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