Ignorando, con proverbial entusiasmo, las cosas del común de la gente, en el compendio de recortes recopilado en el libro La era del fútbol, Juan José Sebreli ataca colectivos, subterráneos, guías Filcar y transeúntes, relatando que a la salida de la cancha de Atlanta los hinchas locales salen por la avenida Gaona que, como poco, aparece a algo así como a diez cuadras del lugar.
Pareciera que, en nombre de la seguridad, pero en otros barrios de la Capital y el conurbano, los organizadores de la fecha del último fin de semana han seguido las sabias enseñanzas citadinas del especialista en generalidades de marras, de cuya autoría quizá se recuerde con cierto interés Buenos Aires, vida cotidiana y alienación.
Mientras el arquitecto Blumberg se apoderaba del protagonismo en una convocatoria realizada por la generosidad de Juan Carr desde la Red Solidaria en la cancha de River, previo al partido River-Vélez, reprogramado para las 11.10 del domingo, para cinco horas después en Avellaneda estaba previsto el encuentro Independiente-Boca.
Quizás consultando La era del fútbol se justificó el cambio de horario de River-Vélez, para evitar el encuentro de las hinchadas de River y de Boca. Los unos en Núñez, los otros en Avellaneda.
Se supone que con este precedente, la sociedad Torneos y Competencias-AFA no programará más partidos en los que jueguen River y Boca en el mismo horario.
Quizás hagan una excepción el domingo próximo. A menos que el encuentro entre Boca y River se programe jugando un equipo a la mañana y otro a la tarde. Para ahorrar energía, ¿viste?
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