No fue el tradicional clásico de barrio, pero a los hinchas de San Lorenzo les recordó algún viejo sabor. La goleada 4-1 sobre Huracán, aunque fuera el de Tres Arroyos, le agregó un plus inesperado a la victoria del equipo de Héctor Veira, que de esta manera se recuperó del traspié que había sufrido el domingo, perdiendo en Rosario ante Central con el gol del ex Huracán (de Parque Patricios) Emanuel Villa.
La victoria no corrió riesgos en ningún momento, ante un conjunto como el tresarroyense, que después de un comienzo alentador parece ahora no hacer pie en Primera. Eso quedó claramente demostrado en el Nuevo Gasómetro, donde el equipo que dirige Eduardo Anzarda no sólo pareció, sino que directamente fue un rival de otra categoría.
San Lorenzo estuvo preciso desde el comienzo ante un adversario que presentó dos líneas de cuatro y un solo punta. Demasiado poco para oponerse a un conjunto con poco fútbol pero mucho hambre de victorias. El prematuro gol en contra de Pablo Lavallén fue determinante para el posterior desarrollo del partido
A partir de esa conquista, a Huracán no le quedó más remedio que salir del fondo, pero como no estaba preparado quedó expuesto a la velocidad de los atacantes locales, que no tardaron en ampliar la ventaja al 3-0 con que terminó el primer período. Lavezzi y Barrientos hicieron que el segundo tiempo estuviera de más.
En esa etapa final el dominio sanlorencista terminó por aburrir a los hinchas, que solamente se sobresaltaron con una nueva conquista de Barrientos y el descuento de Caggiano cuando el estadio se estaba quedando vacío. Es que el partido no tenía equivalencias.
A San Lorenzo, un encuentro de apenas un tiempo le sirvió para guardar energías pensando en los compromisos que se le vienen encima, el sábado con Colón, en Santa Fe, y el miércoles frente a Boca, en Salta, por la Copa Sudamericana.
A Huracán, en cambio, no le queda otra que mejorar, y el domingo tendrá una buena oportunidad de hacerlo en Mar del Plata, donde recibirá a Olimpo, uno de los rivales directos en la lucha por evitar el descenso.
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