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Deportes|Domingo, 23 de octubre de 2005
LA PARTICULAR HISTORIA DE UNIDOS DE MANCHESTER

El Manchester, no tan United

Disgustados por la compra de su club, fanáticos de la entidad más poderosa de Inglaterra fundaron su propio equipo, que juega con mucho éxito ocho divisiones debajo de la Premier League.

Por Pablo Vignone
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Uno de los goles del Unidos de Manchester en su triunfo de ayer sobre el Nelson. Más de dos mil hinchas acompañaron al equipo.
¿Alguien imagina la situación en la cual hinchas de Boca desencantados con la administración de Mauricio Macri deciden abrirse y fundar su propio club, los Juniors de La Boca, anotándose en Primera D con la idea de competir a mediano plazo contra el equipo del cual fueron hinchas toda su vida? Parece imposible. Pero eso es lo que sucedió en el club de fútbol más poderoso del mundo.
La compra hostil del Manchester United Football Club por parte del multimillonario estadounidense Malcolm Glazer, en mayo último, motivó a un grupo de fanáticos descontentos a fundar su propio equipo, al que bautizaron, después de una democrática votación, como los Unidos de Manchester (“Football Club United of Manchester”). Algunos de ellos tenían acciones del Manchester United, que debieron entregar en la compra hostil. Ahora tienen su propio club de fútbol.
Aunque la nueva administración del MU anunció que menos de cien abonos a plateas no se renovaron para esta temporada, minimizando la oposición a Glazer, más de 4000 hinchas depositaron al menos una libra para crear la base del Unidos de Manchester; cada uno tuvo un voto en la asamblea que eligió a los 12 integrantes del comité directivo. Aunque el manifiesto del nuevo club aclara expresamente que no es una organización con fines de lucro, ya tiene en el banco más de 100.000 libras... “Queremos ser vistos –dice el manifiesto– como un buen ejemplo de cómo un club puede ser gestionado teniendo en cuenta los intereses de sus miembros y ser de utilidad para la comunidad.” El Unidos sólo tiene dos empleados de tiempo completo: el gerente y su secretario.
El Unidos de Manchester se anotó en la Segunda División de una liga regional del norte inglés. Si todo funciona bien, precisarán ascender ocho categorías para acceder a la Premier League, la máxima división del fútbol inglés, en la que juega el Manchester United. Pero el “clásico” podría producirse mucho antes ya que, a partir de la temporada 2006 el Unidos está autorizado a tomar parte de la FA Cup, la Copa Inglesa que enfrenta a equipos de las distintas divisiones del fútbol profesional inglés. “Si llegamos a la FA Cup, calculo que podemos meter seis o siete mil hinchas”, se entusiasma el gerente, Andy Walsh.
Designaron como manager a un ex jugador de ligas menores llamado Karl Marginson, que reparte frutas y verduras con su camioneta mientras no está en el club, y que no tenía experiencia como entrenador. Pero era hincha del Manchester. Para armar el plantel, Marginson convocó jugadores en el parque de una escuela secundaria: acudieron 900... Se probaron 200, quedaron sólo 17. “Vinieron a probarse chicos en Audi convertibles y en bicicleta. Algunos escribieron desde Australia o Nueva Zelandia porque querían jugar”, contó Marginson.
Con el equipo constituido, programaron el primer partido, el 16 de julio, contra otro equipo semiprofesional, el Leigh, como visitantes. Si los encuentros de esa categoría nunca reúnen más de 100 espectadores, el amistoso convocó a 3000 nuevos hinchas del Unidos. Terminó sin goles, pero al final se produjo la invasión del campo, para celebrar el nacimiento.
Esa convocatoria provocó el siguiente problema: ¿dónde jugar de local? Se eligió el Butcher’s Arms, el campo del Droyslden, un equipo de la división superior de la Liga, con capacidad para 3500 personas, pero ya quedó chico. En el debut oficial, el 13 de agosto, jugaron contra el Leek CSOB como visitantes y llevaron 2590 espectadores, más que las que el Leek convocó durante toda la Liga anterior, y record para un encuentro de esa Liga. En el partido contra el Daisy Hill, el 8 de octubre, asistieron 3808 espectadores. Así que ahora el Unidos juega en la cancha del Bury FC, en las afueras de Manchester, un estadio para casi 12 mil personas que le pertenece a un equipo que está cuatro categorías por encima.
Entre amistosos y partidos oficiales, el Unidos lleva jugados ya 16 encuentros, de los cuales venció 11. Es líder de la Segunda División de la Liga, después de haber ganado el lunes 5-1 sobre el Cheadle Town y ayer 5-0 sobre el Nelson. Jugó once partidos, de los cuales ganó nueve, empató uno y perdió el restante, con 41 goles a favor y apenas 11 en contra. En promedio van a verlo 2000 espectadores por partido.
Los rivales están preocupados porque, aun con su creación poco tradicional, el Unidos posee una fortaleza económica que no tienen ellos para poder pelear el campeonato; pero se consuelan con el dato de que un partido de local contra el Unidos les deja de 2000 a 3000 libras de recaudación, suficiente dinero para pagar los costos de toda una temporada.
A diferencia del Manchester United, que juega un 4-5-1, el Unidos hace un 4-4-2; otra diferencia clave es que, después de los partidos, los jugadores se reúnen con los hinchas en un pub para celebrar juntos, cualquiera sea el resultado, y cantar el himno del club: “No nos preocupa Rio (Ferdinand, zaguero central del MU), no lo preocupamos. Lo único que nos importa es ir a ver al Unidos”, reza la letra...
Algunos hinchas renunciaron a seguir vivando al MU; otros, en cambio, mantienen su abono en el mítico Old Trafford. Para ver al Manchester United, la entrada más barata cuesta 18 libras (unos 90 pesos); divertirse con el Unidos sale 7 libras (35 pesos). Los chicos entran gratis: al último partido de local fueron 600 pibes.
“Básicamente, disfrutamos haciendo lo que hacíamos en Old Trafford antes de transformarnos de ‘hinchas’ en ‘clientes’”, le dijo el fanático Chris Porter al Guardian. No todos están tan seguros de cruzar de bando. “Nos opusimos a la compra de Glazer –dice, por su parte, Chris O’Brien en la página oficial del Manchester United– y sentimos que el comercialismo en el fútbol está mal. Los jugadores a los que alentamos desde las tribunas, Ole Gunnar Solskjaer, Roy Keane o Ruud (Van Nistelrooy) por nombrar tres, no han dicho una palabra desde que se completó la maniobra. Pero, igual, seguimos siendo leales al Manchester United.” Según Jules Spencer, miembro fundador, el Unidos “es una iglesia amplia”.

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