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Con una contundencia admirable en la primera parte y un buen desempeño en la segunda, Independiente demolió 5-0 a Instituto, en Córdoba, y sumó su primera victoria en el Clausura, en un partido que fue suspendido por el árbitro Horacio Elizondo por falta de garantías. Luego del frustrante empate sin goles del debut ante Lanús, el equipo de Avellaneda volvió a exhibir un nivel discreto en el primer tiempo, pero en esta ocasión contó con la eficacia necesaria para inclinar la balanza a su favor con las primeras chances que tuvo. Ya en el segundo tiempo aprovechó la desesperación del local, y edificó la goleada apoyado en la seguridad de Ustari, el oportunismo de Agüero y Bustos Montoya, y la gran noche de Armenteros, autor de dos goles.
Al igual que en su primera presentación, el entrenador Julio Falcioni decidió que Independiente iniciara sus ataques por la derecha vía Machín. En una buena llegada del ex mediocampista de Argentinos, Zunino le cometió una infracción en el borde del área y desde allí llegó el primer gol de la visita. El centro al primer palo fue defectuosamente despejado por Brandán y Lorgio Alvarez, parado cerca del segundo poste, ensayó una potente volea que se clavó en el ángulo derecho de Pezzutti, que nada pudo hacer.
El gol le otorgó a Independiente la tranquilidad necesaria para manejar el ritmo del partido. Cuando se jugaba el primer cuarto de hora, hizo su aparición en el partido Agüero, quien en la segunda oportunidad que tuvo batió a Pezzutti con un derechazo cruzado, tras una buena habilitación de Bustos Montoya.
Con dos goles abajo, Instituto fue por el descuento con más empuje que fútbol, y repitiéndose en centros en busca de la cabeza del grandote Jiménez. A los 24 minutos, un remate de Brandán golpeó en la mano de Abraham, pero Elizondo interpretó la acción como no intencional. Cuando se terminaba la primera mitad, el grandote le ganó a Cáceres en el salto, pero su cabezazo fue devuelto por el travesaño.
En el complemento, Armenteros empezó a liquidar el partido luego de una apilada por el centro del área que terminó con una buena definición por encima del cuerpo de Pezzutti. Luego del tercer tanto, el partido estuvo suspendido diez minutos porque un grupo de simpatizantes lanzó varios proyectiles al campo y rompió parte del alambrado.
Los goles de Bustos Montoya y Armenteros pusieron aún más en evidencia la enorme diferencia que hubo entre un equipo ordenado que pegó en los momentos justos, y otro cada vez más complicado con el descenso.
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