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Deportes|Martes, 14 de febrero de 2006

Guillermo Coria debutó con un triunfo pero la figura fue el pibe Del Potro

En el arranque del ATP porteño, el chico de Tandil estuvo muy cerca de eliminar al español Ferrero, ex número 1 del mundo.

Por Ariel Greco
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Juan Martín Del Potro se lamenta por la chance perdida.

Guillermo Coria arrancó sufriendo su participación en el torneo ATP de Buenos Aires al derrotar 6-1, 2-6, 7-6 (7-2) al checo Jiri Vanek (132º), una vez que consiguió, con tremendo esfuerzo, superar la imprecisión y la falta de profundidad de sus golpes, en un partido en el que el santafesino tuvo más facilidad para ganar games sobre el saque de su rival que con su propio servicio, aunque no mostró las molestas doble faltas que lo martirizaron en su participación en el Abierto de Australia y en la segunda parte del año pasado. Sin embargo, la nota de la jornada estuvo a cargo del juvenil Juan Martín del Potro, que estuvo muy cerca de dar el gran batacazo ante el español Juan Carlos Ferrero, tercer favorito del certamen.

La primera edición del ATP de Buenos Aires sirvió de plataforma de despegue para José Acasuso, que desde la qualy se metió en la final, donde cayó ante Gustavo Kuerten, por ese entonces número uno del mundo. Hace dos años, la revelación fue Juan Mónaco, que sorprendió con su juego hasta que Coria lo paró en cuartos de final. Y ésta pudo ser la oportunidad de presentarse ante el gran público de Del Potro, tandilense de 17 años, salvo que en su camino se cruzó el español Juan Carlos Ferrero, ex número uno, que lo derrotó 6-2, 4-6, 6-4. Sin embargo, el juvenil dejó en claro las razones que lo señalan como la gran promesa del tenis nacional.

Flaco y desgarbado (1m 95, 78 kilos), Del Potro estuvo muy cerca de superar al ex campeón de Roland Garros. Llegó a ponerse 4-3 y 15-30 sobre el saque del español, cuando pensó que una pelota sencilla se iba y la dejó pasar. Fue el principio del fin, ya que se desconcentró, perdió cinco puntos seguidos y se le escapó el partido. “Pensé demasiado en que le podía ganar a Ferrero, a quien hace un año lo veía por la tele. Me faltó experiencia para cerrarlo”, explicó el pibe, que se inició en Independiente de Tandil y que, a diferencia de casi todos los tenistas argentinos, no anhela ganar Roland Garros: su sueño es adjudicarse el US Open.

Es que su juego no es el típico de los tenistas locales. No le gusta correr y prefiere los puntos cortos, lo que se le facilita por la aceleración que consigue con su derecha y con su revés a dos manos. Por su altura, tiene un servicio potente, aunque todavía le falte pulirlo. Y, sobre todo, muestra una frialdad y madurez llamativas para su edad. Además, su progresión es asombrosa. El 2005 lo arrancó 1047 en el ranking mundial y lo terminó 157, su actual ubicación, con la particularidad de que no hubo un solo mes en el que no mejorara su posición.

Ese avance es superior al que mostraron, por ejemplo, Coria y Nalbandian en aquella época. No le alcanzó para superar a Ferrero, pero sí para cumplir con el objetivo de mostrarse en sociedad. “No me importaba ganar o perder este partido, lo importante era dejar una buena imagen, y creo que lo hice”, indicó tras el juego.

La jornada no fue buena para los argentinos, ya que Juan Pablo Brzezicki cayó 6-4, 5-7, 7-5 con el serbiomontenegrino Boris Pashanski y Carlos Berlocq perdió 7-6, 6-4 con el alemán Thomas Behrend. Al cierre jugaban Juan Mónaco y el italiano Potito Starace. Hoy debutan Agustín Calleri, Juan Chela y José Acasuso.

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