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Deportes|Domingo, 10 de septiembre de 2006
RACING NO PUDO CONCRETAR LA HAZAÑA Y PERDIO 3-2 CON ARGENTINOS JUNIORS EN AVELLANEDA

Justo Núñez lo vino a amargar a Mostaza

Con tres goles del delantero, el equipo de La Paternal se dio el gran gusto ante la Academia, que reaccionó tarde y no pudo llegar al empate.

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Todos los abrazos para Leonel Núñez, la figura con tres goles.

Con una noche soñada de Leonel Núñez, autor de tres goles, Argentinos sorprendió a Racing y lo venció 3-2 en Avellaneda, en un encuentro que parecía resuelto cuando los visitantes sacaron tres tantos de diferencia, pero dos goles en dos minutos le dieron la ilusión al conjunto de Merlo. Igualmente, pese a empujar con todo, Racing no pudo concretar la hazaña.

Tras la pálida imagen que traía, Racing salió dispuesto a revertir su presente a partir de la sociedad que podían conformar Moralez y Peralta. Y en los primeros minutos dejó la sensación de que podía lograrlo, con una actitud más agresiva que en los encuentros anteriores. Incluso pudo ponerse en ventaja con un tiro libre de Grimi que se fue muy cerca del palo izquierdo de Pontiroli. Pero de a poco, Argentinos logró dividir la pelota en la mitad de la cancha, con lo que el dominio del conjunto de Merlo ya no fue tan acentuado.

Sin embargo, cuando el trámite ya era decididamente parejo, una ingenuidad de Grimi le dio a Argentinos la posibilidad de colocarse en ventaja. Es que el lateral izquierdo se interpuso en el camino de Hauche y le cometió el penal que Núñez convirtió con un violentísimo derechazo al centro del arco. Antes de que Racing pudiera asimilar el impacto, Argentinos volvió a pegar duro, otra vez a través de Núñez. Oberman trepó por la derecha y envió un centro al área, que el delantero conectó de primera para someter a Campagnuolo.

Confundido por la desventaja, Racing tuvo la oportunidad de irse al descanso con un gol tras una avivada de Sixto Peralta, que habilitó rápido a Moralez. No obstante, el propio Peralta no pudo convertir el penal que le cometieron al volante, ya que Pontiroli adivinó su intención y amortiguó el remate. Lo curioso es cuando la pelota ingresaba, picó con efecto sobre la línea y salió, lo que permitió que el arquero despejara el riesgo.

Pasado ese sofocón, Argentinos se adueñó definitivamente del desarrollo y jugó con la desesperación de Racing. Otra vez, el conjunto de Merlo dejó en claro sus limitaciones en el momento de atacar. Y para colmo, se desprotegió atrás, lo que volvió a aprovechar Núñez para definir con categoría ante la salida de Campagnuolo. Cuando parecía que estaba todo decidido, Racing encontró dos goles seguidos, primero con un cabezazo de Bergessio y luego con un zapatazo de Romero. Allí se armó un partidazo de ida y vuelta, pero a Racing no le quedó tiempo para completar el milagro.


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