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Cumplidas tres fechas, sólo dos equipos pueden jactarse de tener el puntaje ideal. Uno, previsible, es River, candidato natural a quedarse con el Clausura. El otro resulta sorprendente, aunque no tanto. Es que en silencio, Arsenal ya se convirtió en un permanente animador de los torneos y es uno de los punteros del certamen, tras vencer a Gimnasia en La Plata, derrotar en su cancha a Godoy Cruz y ganarle como visitante a Chicago. Con 9 unidades, tiene tres veces más puntos en el torneo que Racing (2 puntos) e Independiente (uno), los equipos grandes de Avellaneda.
En el Apertura, Arsenal cumplió su mejor campaña desde que juega en Primera, al cosechar 32 puntos y compartir la cuarta posición con Independiente, detrás de Estudiantes, Boca y River, casualmente cuatro de los cinco equipos que lo vencieron (el restante fue Godoy Cruz). Por eso, en este momento obtendría el pasaje directo para la Copa Libertadores y la Sudamericana. Y lo curioso es que lo está logrando con una base de jugadores de descarte de otros equipos. Incluso, hasta el cuerpo técnico que encabeza Gustavo Alfaro fue desechado en San Lorenzo antes de arribar a Sarandí.
“Para nosotros, cada partido es diferente. Y este equipo tiene que saber leer lo que le pide el partido. Tiene que jugar cuando se pueda jugar, tiene que correr cuando hay que correr y tiene que luchar cuando hay que luchar.” Con esas palabras, Alfaro sintetiza la filosofía que intenta inculcarles a sus jugadores. Está claro que el secreto de Arsenal nace de su seguridad defensiva, que se refleja en los pocos goles que recibió en lo que va de la temporada. Entre los 19 juegos del Apertura y los tres primeros del Clausura, el equipo de Alfaro sufrió sólo 23 tantos en contra, apenas por encima del gol de promedio. Para ello cuenta con un arquero experimentado como Mario Cuenca, que recuperó continuidad y nivel tras su frustrante paso por Racing. Otro pilar en que se basa es Gabriel Loeschbor, también en levantada tras su malos recuerdos en San Lorenzo y River. Con Víctor López vendido a la Real Sociedad, otro de los referentes defensivos es Javier Gandolfi, sin lugar por años en River.
En la mitad de la cancha, el doble cinco con que Alfaro para al líder del Clausura, otro de los puntos altos del equipo, también lo conforman dos futbolistas que tuvieron que buscar nuevos horizontes por no tener lugar en sus equipos anteriores. Uno es Jorge Ortiz, cedido a préstamo desde San Lorenzo. El otro es Andrés San Martín, que se fue de River con la llegada de Passarella y recayó en Arsenal para este campeonato. Los dos volantes centrales marcaron los goles en el triunfo de la semana pasada ante Godoy Cruz. Recién el viernes marcaron los delanteros: Mauro Obolo marcó los dos primeros, mientras que Pablo Mouche, en su debut, señaló el tercero. El último lo consiguió Raymonda. Los dos tantos en el debut los logró Pablo Garnier, otro de los mediocampistas titulares en la mayoría de los partidos.
Allí radica otro punto importante para entender la campaña de Arsenal: la llegada de los volantes al área rival. Como el entrenador, salvo excepciones, apuesta a jugar con un solo delantero –Obolo o Valdemarín– y un mediapunta –Raymonda–, es vital que los mediocampistas ayuden con goles, el principal déficit del conjunto, que lleva apenas 34 en 22 partidos (1,54 por juego) en la temporada. Para colmo, el goleador en el Apertura, Juan Pablo Caffa, fue transferido al Betis.
Por eso, para las aspiraciones de Arsenal, por ahora clasificarse a las copas, es vital hacerse fuerte como local, objetivo que se viene cumpliendo. De los once clubes que visitaron Sarandí, sólo River y Boca se fueron con los tres puntos. Por el contrario, el conjunto de Alfaro ganó siete de sus partidos en el Viaducto. Es cierto que sólo van tres fechas. Pero si Arsenal pelea arriba, no será tan sorpresivo. Las próximas dos fechas, ante Vélez y ante River, pueden marcar la realidad a la que puede aspirar.
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