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“No sé quién hizo correr el rumor, nunca estuve para morirme. Estoy vivo y quiero seguir viviendo.” A menos de 24 horas de haber recibido el alta en la clínica neuropsiquiátrica en la que estaba internado desde hacía un par de semanas, Diego Maradona realizó su primera aparición pública en el programa de TV de Marcelo Tinelli. Vestido sobriamente con saco azul, Maradona confesó que sus casi dos meses de internación fueron a causa “de lo que pudo ser un exceso de alcohol”, confesó que tiene “miedo” de no poder ponerse físicamente a punto para seguir jugando al showbol y aseguró que hace dos años y medio que no se droga.
Con un lenguaje pausado, con las huellas de los kilos de más, Maradona afirmó que “llegó el momento de dejarse de hinchar las pelotas” y cuidarse. “Yo le pido a Dios que me dé fuerzas para no tener que ir nunca más de clínica en clínica”, afirmó al hablar de su estado actual y contó que, pese a que le fue extendida el alta, tiene “a un enfermero cerca” que cuida que el astro reciba su medicación.
“Pasé muchos momentos tristes –señaló Maradona–. Estuve mal, lo reconozco, puede haber sido un exceso de alcohol, pero no estaba para morirme”, continuó, en referencia a los rumores que se echaron a correr el pasado 28 de abril y reveló que, para intentar aclarar en dónde nació la versión, envió “veintipico de cartas documento. Algunos contestaron, otros se hicieron los estúpidos”. Y continuó: “No sé por qué me quieren muerto. Pero yo me equivoqué y pagué, así que si alguien dice que estoy muerto, que dé la cara”.
Maradona contó que la internación en la clínica neuropsiquiátrica la decidió él “en conjunto con el doctor Cahe” y admitió haber pasado allí “días muy duros. Es un precio muy caro el que tuve que pagar, no se lo recomiendo a nadie”, apuntó.
También se refirió a sus hijas: “Sin ellas, no hubiese logrado estar como estoy hoy, haciendo dieta y cuidándome. Giannina me venía a visitar mucho, en cambio Dalma no, porque le causaba mucha impresión. Ella es distinta a la hermana, sufre mucho”. Sin embargo, se quebró al hablar de su padre. “Ahora puedo ser amigo de mi viejo.”
“Vamos a seguir jugando al showbol”, manifestó el ex capitán de la Selección Argentina, una actividad que, según Cahe, le causó la primera internación en el sanatorio Güemes. “El único miedo que tengo es no poder ponerme a punto físicamente, por cómo quedó el hígado.”
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