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Deportes|Viernes, 15 de junio de 2007
PIDIO QUE RECALCULARAN EL RANKING DE 1977

Vilas quiso remover el pasado, pero la ATP lo deja como era

El argentino asegura que el sistema actual le daría el número 1 que se ganó en los courts, pero la entidad le rechazó el pedido.

Por Pablo Vignone
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En 1977, Guillermo Vilas ganó dieciséis títulos, nueve más que Jimmy Connors.

Más de mil victorias, más títulos que cualquier otro tenista argentino, una inmensa fortuna, la gloria y el reconocimiento no han aplacado la inmensa sed de revancha que hierve en el alma de Guillermo Vilas, pero la realidad es terminante: tanto la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) como la Federación Internacional de Tenis (ITF) rechazaron hoy el pedido efectuado por el marplatense para recalcular, tres décadas después, el ranking de 1977 y ser reconocido como número uno del mundo de esa temporada.

Vilas siente la injusticia en la piel cada vez que repasa la historia: aquella de 1977 fue su mejor temporada: logró 16 títulos, incluidos los Grand Slam de Roland Garros y el US Open, y cinco finales, entre ellas la de otro torneo de Grand Slam, el Abierto de Australia, más una racha formidable de 53 victorias consecutivas sobre polvo de ladrillo, pero las manías del ranking de entonces, que se publicaba dos veces al año, no se lo reconocieron como era debido, una herida que jamás cerró en el amor propio del tenista.

“No vamos a calcular y aplicar el sistema de ahora a los años ’70”, afirmó Nicola Arzani, vicepresidente ejecutivo de la ATP. “Comenzamos a elegir a los campeones mundiales en 1978, cuando ganaron el título Bjorn Borg y Chris Evert. Pero no podemos ir para atrás”, señaló Barbara Travers, jefa de prensa de la ITF.

“Lo que le pedí a la ATP es que hiciera todo el ranking para atrás con el mismo sistema (actual), pero dijeron que iba a traer demasiados problemas –dijo Vilas en París a la agencia dpa–. Lo harán cuando estemos muy lejos en el tiempo, pero algún día van a tener que hacer eso.”

Según el ranking de aquel entonces, Vilas apareció sexto el 12 de diciembre del ’76; subió al cuarto puesto el 2 de julio de 1977 y, a fin de año, en lugar de aparecer primero, quedó segundo, detrás de Jimmy Connors, al que había vencido en la final del US Open. El estadounidense había caído, además, en la final de Wimbledon y no ganó título alguno de Grand Slam en esa temporada, aunque sí el Masters. Más aún: sólo conquistó siete campeonatos –menos de la mitad de los que ganó el argentino–, cinco de ellos en su propio país.

El reclamo de Vilas, que en agosto cumplirá 55 años, apunta a que, entre 1973 y 1990, la ATP elaboró un ranking en base al promedio de mejores actuaciones a lo largo de una temporada. Desde 1990 el ranking es, básicamente, una suma de puntos. Este sistema, aplicado a 1977, lo catapultaría automáticamente al primer lugar.

“Hemos cambiado de sistema algunas veces, pero cada sistema es oficial para la temporada en que se aplicó”, se defendió Arzani. “Al contrario de lo que afirma Vilas, el ranking existe y es oficial desde 1973.”

La desilusión se mantuvo a lo largo de todos estos años y, aunque Vilas sintió el reconocimiento en las últimas temporadas, como cuando fue galardonado en el Senado de la Nación por su campaña, nunca pudo superar el trago amargo. No hace mucho tiempo, jugando una exhibición en el court central del Buenos Aires Lawn Tennis, dejó el peloteo previo con su rival para acercarse hasta donde el locutor anunciaba, micrófono mediante, los pergaminos de cada uno, para agregar lo que se había omitido en su presentación: tomó el micrófono y agregó que había sido el número uno del mundo en 1977...

Vilas cumplió 25 años el 17 de agosto de 1977. Durante esa temporada ganó los títulos de Roland Garros, el US Open, el Río de la Plata, el Abierto de la República (ambos en Buenos Aires), Kitzbuhel, París, Teherán, Washington, Virginia Beach, Springfield, South Orange, Louisville, Columbus, Bogotá, Santiago y Johannesburgo y fue finalista de Australia, Baltimore, Niza, Palm Springs y Aix-en-Provence.

A lo largo del año le ganó no sólo a Connors: también Ilie Nastase, Brian Gottfried, Roscoe Tanner y Stan Smith cayeron bajo su raqueta. Su estatura de invencibilidad era tal en un momento que sólo con una raqueta de doble encordado (que pronto fue prohibida) Nastase pudo vencerlo en la final de Aix-en-Provence, cortando la racha de 53 triunfos consecutivos sobre polvo de ladrillo.

Pero un hecho curioso de esa campaña fue no haber podido lograr batir al sueco Bjorn Borg, que sería el número 1 del mundo en 1978. El sueco no jugó la final del torneo de Johannesburgo, cediéndole el título a Vilas, pero lo derrotó en la final de Niza y en la semifinal de Montecarlo.

Después de haber ganado 923 partidos como profesional y perdido 284, Vilas jugó hasta 1989. Entre 1973 y 1983 conquistó 62 campeonatos, 37 más que el que lo sigue en la lista de los tenistas argentinos más ganadores de títulos, José Luis Clerc. Como doblista obtuvo 15 títulos, ganando 216 partidos y perdiendo 149.

El record de victorias consecutivas sobre polvo de ladrillo fue batido el año pasado por Rafael Nadal. El español ganó, el domingo, el Abierto de Francia en Roland Garros, 30 años después que el marplatense, pero por esa victoria obtuvo un millón de euros: toda la campaña profesional de Vilas le reportó ganancias oficiales de 4.923.882 dólares. Los tiempos, evidentemente, han cambiado.

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