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River iniciará hoy la cuenta regresiva. El equipo de Núñez volverá a encontrarse en Ezeiza luego de su gira por Corea, con la mira puesta en los dos torneos que tiene por delante: el Apertura y la Copa Sudamericana. Luego del malestar que provocó el regreso demorado desde Oriente, el técnico Daniel Passarella tendrá menos de seis meses para cumplir su promesa de ganar un título, y evitar el alejamiento del club en diciembre próximo. Pero antes de jugar el primer encuentro del campeonato, los problemas ya comenzaron a envolver al plantel. A diferencia de lo que pretendía el entrenador, los directivos realizaron la venta de algunos futbolistas clave, y hasta el momento no hay incorporaciones seguras.
Uno de los pedidos esenciales que les había hecho Passarella a los dirigentes era el de mantener la “columna vertebral” del equipo, que conformaban Carrizo, Tuzzio, Ponzio y Farías. Curiosamente, las autoridades no tuvieron muy en cuenta la solicitud del conductor, debido a que decidieron las ventas del arquero a la Lazio de Italia (aún faltan definir detalles en la forma de pago), y del goleador (primero fue a Toluca pero finalmente jugará en Porto). De esa manera, el primer punto no pudo ser respetado.
Para colmo, el único jugador que se iba a sumar, Sixto Peralta, ayer volvió a demorar la firma de su contrato porque surgieron diferencias económicas. El que regresó es Federico Higuaín, que pertenecía a la institución y estaba a préstamo en Chicago. Por ese motivo, Passarella espera ansioso que el club pueda sumar más nombres para iniciar la nueva temporada. Y aquellos son los dos puestos que pretende reforzar. Para ocupar el arco se menciona a Justo Villar como mejor alternativa, y para el lugar dejado por Farías se intenta convencer al también paraguayo Roque Santa Cruz, pero esta operación parece una utopía, por al contrato elevado que tiene el delantero en el Bayern Munich, donde percibe 1,7 millón de dólares.
Y como el presidente José María Aguilar está de viaje y regresará el miércoles próximo al país, Passarella no podrá reunirse con él para saber cómo están las tratativas por los probables refuerzos.
A partir del clima tenso que se vivió en River durante los últimos encuentros del último torneo Clausura, Passarella aclaró que lo “esperen” hasta fin de año. Y en el caso de no ganar un título presentará la renuncia a un vínculo que lo tiene ligado hasta fines de 2009. Con este presente, al técnico le resultará más complicado cortar la racha de tres años sin obtener un campeonato. El último certamen que ganó River fue el Clausura 2004, en junio de ese año. Exactamente pasaron ya 12 torneos, entre locales e internacionales, en donde el club no pudo llegar al éxito.
Para colmo, la situación de la barra brava agravó aún más la situación, ya que sus propios enfrentamientos por cuestiones de liderazgo terminaron perjudicando a la institución, por las dos suspensiones que sufrió el estadio Monumental.
Los jugadores que pudieron regresar el sábado pasado desde Corea practicarán desde las 10, y los que llegaron el lunes último están citados para las 16. Entre ellos no estará Ariel Ortega, que volverá en las próximas horas de Chile, donde viajó para efectuarse los últimos estudios de su tratamiento contra la adicción al alcohol. Este es el panorama en que River estará parado para comenzar la última etapa del año. Y con la responsabilidad de finalizar en el primer lugar en al menos una competencia.
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