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En el encuentro de ida por una de las semifinales de la Copa Sudamericana, Arsenal y River dejaron una pálida imagen al empatar sin goles en Sarandí. La revancha se jugará el próximo miércoles en el estadio Monumental. En caso de persistir la igualdad en cero, la llave del choque entre argentinos se definirá en los penales, mientras que cualquier otro empate clasificará directamente a los de Gustavo Alfaro a la final.
En el arranque, River planteó el encuentro ofreciendo lucha en la mitad de la cancha, y los volantes se ubicaron sobre los mediocampistas rivales. Esa presión le impedía al conjunto local controlar la pelota, y la iniciativa era de River. De esta manera llegó la primera jugada de peligro para los visitantes, cuando Ruben desbordó por la derecha, pero el centro no llegó a ser conectado por Falcao. En medio de este planteo, Ortega tenía mucho contacto con la pelota, ya que se corría hacia la derecha para recibir desmarcado.
Arsenal esperaba en su terreno y dejaba solos a Calderón y a Biagini en el campo de River, para intentar sorprender con algún contraataque. Así tuvo su primera llegada a los 14 minutos, cuando Calderón le pegó desde afuera del área y Carrizo pudo controlar en dos tiempos. A partir de los 20 minutos, Arsenal pudo salir del aquel asedio del comienzo y logró equilibrar el juego. Diez minutos después de aquel remate de Calderón, Carreras tubo la chance más clara, pero perdió en el mano a mano frente a Carrizo. Esa acción se inició con un error de Gerlo, que increíblemente perdió la pelota al intentar salir jugando desde el fondo.
Como la defensa de River no daba seguridad, sobre todo en la zona central, Arsenal se animó un poco más todavía. En otro contraataque, Calderón apareció por la izquierda y sacó un zurdazo violento que pasó cerca del palo derecho de Carrizo.
En el final de la primera parte, el juego de River se fue diluyendo porque Ortega fue perdiendo precisión y encima Belluschi no lo acompañaba en las acciones ofensivas.
Con el ingreso de Rosales en el complementario, Daniel Passarella buscó el desequilibrio por los costados, ya que Ruben no había tenido incidencia en esa zona. La lesión de Nasuti hizo que Domingo pase a jugar al lateral derecho, y Tuzzio como marcador central. Si bien River buscó nuevamente manejar el desarrollo, Arsenal se agrupó mejor en el medio y le impidió a Ortega moverse con libertad. Encima, los cambios posicionales le quitaron despliegue al conjunto visitante.
Pero más allá de que River no podía desnivelar, Arsenal tampoco tenía profundidad, y el partido era dominado por el desorden y la desprolijidad. La única posibilidad de riesgo podía llegar por una jugada de pelota detenida, pero ninguno de los dos conjuntos pudo prevalecer por esa vía. Así, la igualdad pareció ser un resultado justo.
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