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Deportes|Domingo, 18 de noviembre de 2007
JUNTOS, MESSI, AGÜERO Y TEVEZ NO SUMARON

El tridente quedó en deuda

Por Daniel Guiñazú

Basile se dio un lujo que más de un técnico debe envidiarle: formó el dream team, el equipo que todo argentino futbolero quiere ver y gozar, con Riquelme, Messi, Agüero y Tevez juntos al mismo tiempo en la cancha. Pero en el fútbol, no siempre dos más dos equivale a cuatro. Y no siempre los mejores jugadores suman lo mejor de sus talentos entre sí. A veces, el resultado es neutro. Otras, directamente es una resta. Algo de eso sucedió ayer en el Monumental.

Messi, Agüero y Tevez, el ambicioso tridente ofensivo que el técnico quiso probar ante Bolivia, insinuaron más fútbol en la previa que aquel que en verdad terminaron concretando. Juntos, los atacantes de Barcelona, Atlético Madrid y Manchester United no fueron dinamita ni pudieron hacer saltar por los aires la espera de los bolivianos. Faltó entendimiento, juego en conjunto rápido, directo y vertical. Un código compartido, como si a cada uno le costara compatibilizar habilidades con los otros. Por separado, sólo los arranques de Messi generaron inquietud y levantaron a las tribunas. Ni Agüero ni mucho menos Tevez estuvieron en el nivel que de ellos se esperaba. Los dos fallaron, curiosamente, en lo que mejor hacen: no tuvieron explosión ni atrevimiento. Encararon poco y, cuando encararon, fueron más las veces que perdieron que las que ganaron.

En más de una ocasión, la tendencia de Messi de cortar siempre hacia adentro y de apuntar sus apiladas al corazón de la defensa boliviana terminó superponiéndolo hasta hacerlo chocar con Agüero. Pero no fue el delantero del Barcelona el único responsable de que la combinación no resultara tan explosiva. Sobre todo en el primer tiempo, cuando Bolivia se defendió con orden, aplicación y eficacia, ninguno de los tres se movió demasiado. Cada uno se aferró a su posición como a un rencor y eso (y las pocas pelotas claras que pudo filtrar Riquelme), terminó complicándole la llegada a la Argentina.

Lo mejor de los tres se condensó en el primer cuarto de hora de la segunda etapa. En ese lapso, dio la impresión de que los tres se asociaban para terminar de demoler el esquema tupido de Bolivia. Pero fue un espejismo. Después del golazo de tiro libre de Riquelme y con el resultado definitivamente abrochado, volvieron cada cual a lo suyo hasta que Basile dio por terminado el ensayo a los 28 minutos, cuando sacó a Agüero para poner a Maxi Rodríguez y armar un 4-3-1-2. No serán muchos los partidos en los que estarán juntos. Pero la sociedad entre tres de los mejores delanteros del fútbol mundial, necesariamente debe dar más ganancias que las que dio ayer.

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