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El grave accidente que sufrió en mayo estuvo a punto de alejar para siempre de las motos al chileno Francisco “Chaleco” López (foto), pero la lucha de su pequeño sobrino contra el cáncer le dio fuerzas para recuperarse, llegar al Dakar 2012 y dar un vuelco a su filosofía de vida. “Al principio no quería más moto. En las condiciones en que quedé era inhumano pensar en volver”, explica López, de 36 años. Un mes y medio después del accidente en Túnez, a su sobrino Lucas, de 8 años, le fue detectado un tumor en el ojo. “Eso me dejó muy deprimido. Toqué fondo. Pero entonces le dije a mi sobrino que iría todos los días al kinesiólogo y al gimnasio para llegar al Dakar, pero que él debía ir a las sesiones de quimioterapia y luchar”, dice el piloto. “Los dos le estamos ganando a la vida”, cuenta Chaleco, que sigue cuarto en la general entre las motos.
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