Aún a los 31 años, Ariel Ortega sigue siendo desequilibrante. Es, en la actualidad, uno de los pocos futbolistas argentinos que pueden cambiar el desarrollo de un partido con una o dos genialidades. No hay en ningún equipo un jugador que tenga su gambeta, su visión de juego y su explosión. Además, con el correr de los años se convirtió en un tipo muy maduro, y eso, en un plantel como el que tiene Newell’s, con tantos jóvenes, le permite convertirse en un referente. Al grupo le aporta mucha experiencia y eso se nota en la cancha. El domingo, ante River, tuvo una actuación destacada y confirmó todo esto que digo en la cancha.
Jugadores como él nunca están de más en ningún club. Es una verdadera pena que River no pueda tenerlo y que lo haya dejado escapar. Un delantero de su capacidad sería ideal para un grupo tan rico en capacidad técnica como el que conduce Leonardo Astrada. Pero llorar sobre la leche derramada no sirve. El entrenador cuenta con un gran plantel y no debe desesperarse. Aunque la posibilidad de tenerlo a Ortega sería un sueño para cualquiera técnico.
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