En 1998, la AFA dio instrucciones precisas en vísperas del Mundial de Francia para que algunos de sus representantes participaran en el Ministerio de Justicia en la discusión sobre un proyecto de sociedades anónimas deportivas (SAD). Por entonces, con un grupo de abogados interesados en el tema, Nissen se involucró en un par de borradores para reemplazar a las sociedades civiles como administradoras de clubes.
“Era un proyecto de ley muy moderno. Transformaba a las instituciones civiles en sociedades anónimas. Con normas protectoras de terceros y nominatividad... Pero en esta cuestión pesaba, y aún pesa, una cuestión filosófica. Hay quien sostiene que el deporte debe seguir en manos de asociaciones civiles y quien propugna que sean sociedades anónimas”, argumenta el responsable de la IGJ. Nissen sugiere que la ventaja de éstas “es que permiten el aporte de los socios. Aportes que pueden ser sustanciales. En cambio, en una asociación civil, usted tiene que tomar al socio para que ponga plata. No es lo que corresponde”.
Aquel proyecto “fue frustrado por Grondona, quien hizo una reunión no sé en dónde para terminar con el asunto. A mí me da la impresión de que quieren defender un tema que ya fue. Las asociaciones civiles constituyen un modelo totalmente inconveniente y pasado de moda para ocuparse de todos los negocios que el fútbol genera. Pero las SA no son necesariamente un instrumento de fraude cuando están bien legisladas. Hay que crear una herramienta que beneficie a los terceros y no que le impida a la gente poner un peso. Y que cuando quiebre una empresa, el dueño no siga siendo rico”.
Consultado Nissen sobre la aparente contradicción entre la constitución de sociedades anónimas para el fútbol y su eventual vinculación con las offshore, agregó: “Este tipo de sociedades tienen los días contados en el país, al menos en Buenos Aires. Me parece que nadie en su sano juicio va a inscribir una off-shore en esta jurisdicción. Deben cumplir con muchos requisitos y, además, ya dijimos por la resolución 2 de este año, que no recibimos más compañías cuando tienen prohibido en su lugar de origen la actividad comercial. Ya ni se presentan...”.
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