La delegación argentina que participa en el Congreso de la FIFA es encabezada por Julio Grondona, en su calidad de miembro del Comité Ejecutivo, y se completa con los congresales José María Aguilar, Roberto Digón y José Luis Meiszner, en representación de la AFA. El hombre fuerte del fútbol argentino, quien después de Joseph Blatter se convirtió en el dirigente más cuestionado por los adversarios políticos del suizo, dio y deberá continuar dando explicaciones desde su máximo cargo en la Comisión de Finanzas. Grondona, como sus pares de la FIFA, goza de un estipendio anual de 50 mil dólares que explican en buena medida cómo la hermandad del fútbol no escatima recursos. Es demasiado el poder que deviene de la multinacional de la pelota y el dinero que administra. La planificación financiera de la FIFA prevé que contará con un capital propio de 71 millones de francos suizos y 367 millones de esa moneda fuerte en reservas, de las que podría darse el lujo de no utilizar la mayoría, cuando concluya el período 2003-2006. Blatter, sus aliados y sus adversarios, saben lo que significa esto.
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