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Dialogos|Lunes, 28 de abril de 2014
Pablo Capilé y Rafael Vilela, de la red social Mídia Ninja de Internet en Brasil

“El medio es cada uno de nosotros”

Mídia Ninja es una red social de información alternativa que tuvo su punto más alto en Brasil con las manifestaciones de protesta contra el Mundial. Dos de sus organizadores señalan la importancia de que se apruebe una ley para desmonopolizar y democratizar a los medios en Brasil.

Por Julia Goldenberg
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Mídia Ninja es un medio de comunicación compuesto por colaboradores en todo Brasil, que trabajan de forma conjunta con el objetivo de difundir la información “sin cortes, sin censura”. Este colectivo promueve un periodismo militante, independiente de los sectores de poder, y surgió como una reacción contra la concentración de la información que impera en el gigante tropical. El medio cobró relevancia con las manifestaciones de junio de 2013, cuando millones de brasileños se congregaron en las calles reclamando por una mayor inversión en educación y salud, exigiendo una regulación del precio del transporte público y denunciando abusos policiales y corrupción en las cúpulas de poder. De cara al mundial, dos de sus creadores, Pablo Capilé y Rafael Vilela, analizan el panorama político y social de la sede de la copa y explican el funcionamiento de este medio emergente.

–¿Cómo nace Mídia Ninja?

Rafael Vilela: –Es la consecuencia de un proceso muy amplio que ya tiene como 10 años en Brasil y que surge de Fora do Eixo, que es una red que nació con el objetivo de desarrollar el trabajo de productores culturales independientes. La lógica de Fora do Eixo es que se encuentra fuera del eje cultural, del mainstream de Brasil. Es un descentramiento dado gracias al aporte de Internet que permitió conectar zonas que estaban totalmente desconectadas. Por medio del intercambio lograron llevar a cabo producciones culturales que antes eran imposibles. Fora do Eixo cuenta con 200 colectivos en todo el país. Entonces esta red comenzó a funcionar como un espacio de activismo y así creamos la universidad, el banco y el medio dentro de este marco de acción. De esta forma desarrollamos, gracias a las redes sociales, un conjunto de estrategias de comunicación aprovechando la tecnología que tenemos disponible y así encontramos una red dispersa en todo el país que necesitaba un cauce. En 2011 empezamos a cubrir movilizaciones sociales de todo tipo. Entonces, todos los colaboradores que ya estaban conectados a través de Fora do Eixo se articularon en un sentido más político en función de la red de comunicación. En 2013, se institucionalizó finalmente Mídia Ninja como un proceso proveniente de Fora do Eixo. Mídia Ninja nace en el medio de una crisis de credibilidad hacia los medios tradicionales como parte de un proceso general.

–¿Cómo se financia? Tengo entendido que los acusan de recibir dinero de Petrobrás, Vale y PT.

Rafael Vilela: –La lógica de sustento de Mídia Ninja es la misma que la de Fora do Eixo. Es un sistema muy complejo de sustentabilidad, pero lo principal es comprender que uno puede hacer algo muy grande si hay mucha gente involucrada. Además existen casas colectivas, por ejemplo yo vivo en Río, con ocho personas que no tenemos un sueldo a fin de mes, sino que hay una caja colectiva que sustenta todo el proyecto. El dinero que proviene de las grandes empresas se invierte en cultura, en grandes recitales gratuitos. Por eso hay financiamiento, pero esto no genera ganancias. Es una cuestión problemática, se trata de un sistema de financiamiento que hay en Brasil.

Pablo Capilé: –Somos independientes porque lo que financia Mídia Ninja es nuestra propia fuerza de trabajo. Tenemos autonomía de los poderes económicos y de las cúpulas de la política. Es decir, no determinan la línea editorial ni el contenido de lo que queremos comunicar. Somos aproximadamente 200 personas desparramadas por todo el país. Estas personas trabajan en conjunto para llevar a cabo este proyecto, de manera que esto nos hace independientes, autónomos y nos permite opinar libremente. No tenemos grandes inversores que nos dicen lo que tenemos que hacer. No nos pensamos como un medio masivo sino como una masa de medios, donde el medio es cada uno de nosotros. Donde todos los ciudadanos forman parte del medio. Con la tecnología que hay disponible se pueden comunicar muchas cosas. Nuestras acciones son éstas: creación de redes, participación directa de los movimientos sociales, organización de las movilizaciones, articulación entre movimientos, etcétera.

–Yo sé que es sumamente complejo, pero quisiera que me expliquen cómo funciona la moneda propia y cuál es la ventaja de tener una moneda propia.

Pablo Capilé: –Bruno Torturra, uno de los fundadores de Mídia Ninja, dice que lo que más le gustó de nosotros es que no sabía cómo nos sustentábamos. Yo creo que lo principal para entender cómo sustentamos Fora do Eixo y todo lo que se deriva de ello es entender que todo funciona por la fuerza de trabajo disponible y no por la lógica de la ganancia. Nosotros somos el único movimiento en Brasil que consigue tener 24 horas de activistas disponibles. Porque creamos un sistema de caja colectivo y un sistema de casas colectivas que habitamos con algunos compañeros. Somos muchas personas juntas, trabajando para que las cosas sucedan. Entonces ésta es la principal explicación de nuestra sustentabilidad. El trabajo colectivo es mucho más productivo que la lógica del capital individual. Además, muchos de nosotros vivimos en casas colectivas, de manera que todos cocinamos, limpiamos la casa, etc. Además conseguimos recursos de distintas maneras: fotografiando, editando, escribiendo, etc. De esta manera tenemos gastos muy bajos, porque dividimos las cosas. Con la producción de los recitales tenemos ciertas ganancias que se distribuyen por medio de cajas colectivas. Sin embargo tenemos muy controladas las cuentas, todo es muy transparente. No es fácil, porque mucha gente nos acusa pero nadie logró encontrar ningún tipo de irregularidad. La economía colaborativa da cuenta de que otra forma de organización es posible. Fora do Eixo y Mídia Ninja son un laboratorio de un nuevo mundo posible, estamos todos dentro del proceso. Todos los recursos que entran son para la supervivencia de los que trabajan para desarrollar estos proyectos. Nosotros lidiamos con el real, pero en muchos casos tenemos acuerdos económicos de intercambio para consumir combustible, comida, etc. Se trata de una economía solidaria, es otra lógica.

–¿Tienen pensada alguna movilización para el Mundial? ¿Cuál es la crítica fundamental?

Rafael Vilela: –Ya nos estamos movilizando. La consigna es “Sin derechos, no hay copa”, que denuncia que con este modelo sólo se benefician las grandes empresas, además de la falta de inversiones en cuestiones básicas que fueron desviadas al fútbol. Es, entonces, una crítica fundamentalmente para FIFA. El poder de FIFA es enorme: la ley antiterrorista es una ley impulsada por la FIFA porque no quiere problemas durante su evento. Porque lo cierto es que no hay terrorismo en Brasil. Es un proyecto punitivo sin ningún tipo de función, más que penalizar a todo aquel que interrumpa el proceso del Mundial.

–A varios meses de las manifestaciones, ¿qué diagnóstico extraen de las mismas?

Pablo Capilé: –Este es un país con 190 millones de personas, entonces consideramos que no fue un estallido aislado, sino que se trata de un proceso que se viene gestando hace mucho tiempo. Cuando sucedieron las manifestaciones de junio nosotros ya teníamos un red muy grande de colaboradores y así conseguimos asistir a una gran parte de las manifestaciones. Al mismo tiempo, con esto ganamos nosotros mismos una gran visibilidad. Podría decir entonces que estábamos preparados para enfrentar esas manifestaciones. Junio no tuvo consecuencias específicas, sino que contribuyó mucho a los procesos colectivos en Brasil. Los movimientos sociales, los colectivos de todo tipo, crecieron mucho, logrando un salto cualitativo de concientización en las personas. Después de junio, todos están muy dispuestos a realizar un debate político. Los movimientos crecieron, muchas personas se dieron cuenta de las grandes posibilidades que se abren cuando esa masa de personas está unida en las calles. Es posible manifestarse, reivindicar sus derechos, es posible organizarse. Esta es una gran victoria. Entonces, los movimientos sociales que contaban con pocas personas hoy cuentan con más adherentes derivados de las manifestaciones. Además, algunos grandes temas fueron revisados gracias a las manifestaciones. El primero fue el tema del transporte público, el segundo fue la crisis de la seguridad pública y de la represión policial, el tercero fue la crisis de la prensa tradicional y el cuarto fue la crisis de la representatividad política. Entonces los movimientos sociales comenzaron a presionar y a reclamar por la creación de una ley de medios, que culminó en una ley para darle un marco civil a Internet. Estamos trabajando con mucha fuerza para alcanzar una reforma política en Brasil y para la aprobación de una ley de reforma de la seguridad pública que toca la cuestión de la desmilitarización de la policía. Además estamos impulsando el debate para la legalización de la marihuana. Entonces, algunos temas se definieron mucho más gracias al crecimiento de los movimientos a partir de estas manifestaciones.

–Cuando hablan de una reforma, ¿qué tipo de reforma política buscan?

Pablo Capilé: –Queremos hacer una transición de una democracia representativa a una democracia participativa. Es un proceso largo que va a llevar mucho tiempo. Pero creo que los brasileños están más preparados que antes de junio para enfrentar este cambio. Se han creado asambleas populares, los debates en el Congreso cuentan con mayor participación, la discusión sobre el voto obligatorio, la discusión sobre la edad mínima de imputabilidad, etc. Todo esto creció mucho en Brasil los últimos meses. De manera que la sociedad está repensando y criticando el orden establecido.

–Muchos medios señalaron que las manifestaciones se produjeron en reacción al gobierno de Dilma.

Rafael Vilela: –Durante las manifestaciones, los grandes medios instalaron la idea de que las manifestaciones estaban actuando contra Dilma, pero eso es una locura. Se trata de algo mayor, de una crisis institucional, global que no sólo sucede en Brasil. Entonces, no fueron manifestaciones contra Dilma, sino contra las instituciones tal como están planteadas. En todo caso tenemos críticas y reconocemos los aciertos del gobierno también. Es decir, hay que entender que las protestas de junio se produjeron porque existe una sociedad civil que tiene más conciencia de sus derechos y eso en parte es una consecuencia de diez años del gobierno de Dilma y de Lula. Eso es lo que las calles dicen para nosotros. Hay grandes presiones por parte de empresas muy poderosas, entonces la gente en la calle inclina la balanza para que la presidenta no ceda a las presiones de los intereses económicos.

–¿Qué relación tienen ustedes con el PT?

Pablo Capilé: –El principal límite de estos gobiernos es el tamaño de Brasil: tenemos 190 millones de habitantes. El mayor partido de Brasil se llama PMDB, que es un partido de los más poderosos en el país y sin el cual es muy difícil gobernar. La mayoría de los gobernadores, la mayoría de los prefectos, el presidente del Senado, de la Cámara de Diputados son de PMDB. Entonces los gobiernos de Lula y de Dilma se vieron obligados a acordar con una parte de los partidos conservadores. Pero también sabemos que fueron Lula y Dilma quienes sacaron a 40 millones de personas de la extrema pobreza, proporcionaron avances sociales significativos y fueron un gran ejemplo para América latina. Estos representantes son el símbolo de la victoria contra el neoliberalismo. Es una contradicción inexorable para Brasil. Lula fue un caso inspirador para los brasileños. Yo, por ejemplo, soy de Cuiaba, de una pequeña ciudad de Brasil. La victoria de Lula, de un obrero metalúrgico pobre, fue un símbolo para el imaginario del país. Los habitantes de las pequeñas ciudades, como yo, por ejemplo, empezamos a pensar en la posibilidad de transformar la realidad imperante.

–¿Con qué límites se encuentra la aprobación de la ley de medios?

Pablo Capilé: –La ley de medios lleva un debate de cuatro o cinco años y aún no fue aprobada. Pero cobró mucha fuerza con las manifestaciones. Lo que fue aprobado fue el avance sobre Internet, otorgándole libertad y neutralidad. Muchos más movimientos entraron al debate por una nueva ley de medios, entonces creo que estamos más cerca de reformarla. Pero existe una presión muy grande de O Globo para que esto no suceda, ya que la ley apunta a la ruptura del monopolio y a la distribución más democrática de licencias de todo tipo (TV, prensa escrita, radio, etc.).

–¿Cómo están cubriendo ustedes la ocupación de las favelas por la policía?

Pablo Capilé: –Son ocupaciones equivocadas. Son intervenciones militares innecesarias. Este tipo de acciones no es bueno para las favelas y tampoco es necesario. Tenemos colaboradores que viven allí y contacto con muchos movimientos de la periferia de Río de Janeiro. La policía militar es un gran error de nuestro país. La policía mata, quita vidas, es una policía represora, en especial en Río de Janeiro. Entonces, aquellos que viven en las favelas tienen que lidiar cotidianamente con ellos. Actualmente existe un fuerte reclamo para la desmilitarización de la policía en Brasil.

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