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Dialogos|Lunes, 5 de marzo de 2007
HUGO CABIESES, UNO DE LOS MAYORES EXPERTOS DE AMERICA LATINA SOBRE NARCOTRAFICO

“El blanco no deben ser ni los agricultores ni los consumidores”

Es peruano y uno de los grandes académicos de la geopolítica de la droga. En esta entrevista explica la compleja trama de poder, terrorismo y narcotráfico en su país. Y analiza la situación argentina, en su triple papel de consumidora, lugar de tránsito y a la vez de lavado de dinero. Y descifra por qué ex Senderos Luminosos se instalan a traficar en Buenos Aires.

Por Cristian Alarcón
Desde Lima
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–¿Cuál ha sido la política de erradicación de cocales de Perú?

–En primer lugar en el Perú, como en Bolivia, no está permitida la fumigación de cultivos, a diferencia de Colombia. Y en el caso del Perú hay leyes concretas que prohíben la fumigación con productos químicos o biológicos. Lo que sí hay es una erradicación que puede ser voluntaria o forzosa, que en la práctica viene a ser más o menos lo mismo porque si tú no aceptas los programas de desarrollo alternativo, por lo tanto no reduces tus cultivos, igual te los van a reducir a través de un programa que se diseña a finales de un año y a principios del siguiente y por una resolución del Ministerio del Interior. La institución encargada de la erradicación forzosa es el Cora, que es un proyecto especial para la reducción de cultivos de coca en el Alto Huallaga.

–¿Cómo se hace esa erradicación sin fumigaciones?

–Es una erradicación básicamente manual, a través de un aparato que es una especie de alicate que extrae de raíz los cultivos de coca. No tengo las cifras exactas pero tengo entendido que el año pasado se erradicaron alrededor de 12 mil hectáreas de las cuales 3 mil son por autoerradicación y la diferencia, unas 8 mil, 9 mil hectáreas, por erradicación forzosa. El procedimiento es que primero llega una institución que depende también del Ministerio del Interior que se llama CADA, Cuerpo de Apoyo al Desarrollo Alternativo, que en realidad lo que hace es medir dónde están los cultivos de coca y cuáles son susceptibles de ser erradicados. Después llegan lo que los campesinos llaman “los coreanos”, que son los erradicadores. Son trabajadores manuales contratados por el CORA, que van acompañados de policías y se trasladan normalmente en helicópteros hacia las zonas previamente determinadas para poder erradicar.

–Hay dos zonas claves en Perú para cultivar: el Alto Huallaga y el valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE). ¿Cuáles son las especificidades de esas zonas?

–Estas dos zonas no son las únicas en el Perú, ni siquiera son las que tienen la mayor cantidad de cultivos de coca. Hay cultivos de orientación fundamentalmente legal en el departamento del Cuzco, en la provincia de La Convención, los Valles del Río Vilcanota, Quillabamba, el río Yanatile, también en la provincia de Calca y el río Kosñipata en la provincia de Paucartambo del Cuzco. Y a la vez hay otros cultivos en la selva del departamento de Puno. Pero estas dos zonas son las más mediáticas.

–¿Por qué toma tanta relevancia el VRAE?

–Entre 1984 y 1994 prácticamente ese valle estaba cerrado. Era tierra de nadie, mejor dicho de algunos, en este caso de Sendero Luminoso, que estaba desarrollando sus actividades subversivas y terroristas en esa zona. A la vez había una situación de presencia de narcotráfico muy fuerte en el valle del río Apurímac. Durante diez años ese valle estuvo prácticamente cerrado para la entrada del Estado, de los organismos de seguridad del Estado, y de la colaboración internacional. En el caso del Alto Huallaga fue unos años antes, entre el año 1975 y 1983, cuando se produjo el boom de los cultivos de coca.

–En ese sentido, ¿cuál fue el rol de Sendero Luminoso en la expansión del negocio del narcotráfico en Perú?

–Fue un encuentro que se produjo alrededor de los años ’84, ’85. Sendero inicia su lucha armada en el año ’80. Una vez que a finales del ’82 ingresa el ejército por orden de la autoridad política, ellos se repliegan de las partes altas hacia las partes bajas de la selva, y en concreto hacia el valle del río Apurímac y Ene. En el valle del río Apurímac había producción de coca y presencia de narcotráfico, y por lo tanto ahí articula por un lado Sendero Luminoso con el narcotráfico; y por el otro lado los agricultores del valle que, para poder combatir a Sendero, recurren al narcotráfico para poder comprar las armas que les permitieran enfrentar y derrotar a Sendero. La verdad es que la derrota de Sendero comenzó en el VRAE. Las “rondas campesinas” que golpearon fuertemente a Sendero comenzaron en un pequeño pueblo que se llama Pichiwilca, en 1983.

–¿Qué significado tiene ese valle para el desarrollo del narcotráfico en el Perú?

–El VRAE tiene un enorme significado respecto de la derrota de Sendero por un lado, y a la alianza que tanto campesinos como Sendero tuvieron con el narcotráfico por otro. Es una historia un poco diferente que la historia del Alto Huallaga: allí ha habido presencia no solo de Sendero sino del MRTA, Movimiento Revolucionario Tupac Amaru. Si bien el MRTA comienza como una especie de organización a lo Robin Hood, que les roba a los ricos para entregarle a los pobres, con ideas guevaristas, poco tiempo después de su insurgencia, que es entre el ’85 y el ’86, entre el ’90 y el ’91 se articulan estrechamente a lo que es el narcotráfico, y finalmente son parte del negocio del narcotráfico.

–¿Sendero entonces no es parte del narcotráfico?

–Sendero había estado desde el año ’84, ’85, también en este tipo de actividades, pero hubo un famoso general, el general Alberto Arciniega, que en la parte final del primer gobierno de Alan García desarrolla lo que él llama “la doctrina Arciniegas”, que no es algo raro, y consiste en que no se puede derrotar a dos enemigos a la vez. Hay que primero aliarse con uno para derrotar al otro. Y el enemigo principal en su concepción en ese momento era Sendero Luminoso...

–Y no el narcotráfico.

–No el narcotráfico. Entonces para poder derrotar a Sendero lo que tenía que hacer era buscar alianza con el campesinado. El campesinado también estaba articulado al narcotráfico, pero hacía alianzas con ellos para poder derrotar a Sendero, y eso fue lo que hicieron. La situación en el VRAE es una suerte de autonomización de las fuerzas campesinas organizadas en rondas campesinas, que van a enfrentar solos, sin presencia de las fuerzas armadas, a Sendero Luminoso. ¿Por qué? Porque Sendero los había atacado desde el principio de la guerra en un valle donde la pequeña producción no era tan generalizada como sí era en el Alto Huallaga, sino más bien eran medianos productores.

–O sea que tenían armas o capacidad para organizarse.

–Los medianos productores tienen un mundo que perder. Poseen 30 o 40 hectáreas, tenían 30 o 40 cabezas de ganado. Eso permitía que buscaran una situación de autonomización en relación con el ejército y tratar de desarrollar su propia guerra, ¿aliándose con quién? Con los narcotraficantes que estaban en esa zona.

–¿Y quiénes son los aliados del narcotráfico hoy?

–Es difícil saberlo exactamente, pero es indudable que el narcotráfico está infiltrando desde hace varios años diferentes sectores de la sociedad peruana. Hay relación entre el narcotráfico y el gran capital. Hay relación entre el narcotráfico y sectores de las fuerzas armadas. Hay relación entre el narcotráfico y sectores de la policía nacional. Hay relación entre el narcotráfico y la política peruana. Yo tuve la oportunidad de participar durante casi un año en la Comisión Investigadora del Congreso de la República sobre los delitos de la dictadura de Fujimori-Montesinos. Me encargué en concreto de lo relativo a la investigación sobre la articulación entre el tráfico ilícito de drogas y la corrupción.

–¿Qué descubrieron allí?

–La articulación muy estrecha que había entre el poder político y el narcotráfico. En concreto, que el narcotráfico se manejaba casi desde palacio de gobierno y el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) a través de Vladimiro Montesinos y de lo cual no se excluye de ninguna manera a Fujimori. Que ahora Fujimori quiera hacerse el loco o el sueco sobre este tema es otro problema, pero indudablemente ahí había una relación muy estrecha.

–¿Ha mejorado esa situación de corrupción internacional?

–Yo creo que sí y de manera importante. Además, muchos de los cabecillas de esta narcomafia que nos gobernó durante diez años están presos. Hay procesos judiciales contra ellos aunque muchos quisiéramos que les den muchos más años que los que les han dado. Por ejemplo, hace poco acaban de condenar, creo que es a 6 o 7 años, al general Hermoza Ríos. Al general poco le faltaba para estar dirigiendo avionetas en el Alto Huallaga de entrada y salida de drogas. La verdad es que el poder judicial, que es otro de los poderes del estado enormemente infiltrado y comprado por el narcotráfico, en el caso de muchos magistrados, no ha hecho desde mi punto de vista el esfuerzo necesario como para efectivamente castigar este delito en donde debe ser castigado, que son los altos mandos de las fuerzas armadas, los altos mandos de la policía nacional y los responsables políticos de que esto se haya desarrollado casi a un nivel incontrolable durante el gobierno de Fujimori-Montesinos.

–¿El ex presidente Toledo hizo esfuerzos para tratar de combatir esto?

–Quiso sanear este tema y combatir este delito, pero yo con franqueza pienso que ese esfuerzo ha sido permeado de alguna manera por una estrategia equivocada, que es la estrategia norteamericana para encarar este fenómeno. Estados Unidos piensa que el problema del narcotráfico, el problema del cultivo de coca, el problema de drogas es un problema de seguridad nacional. Yo creo que está totalmente equivocado. Estados Unidos tiene 35 años aplicando esta estrategia y es una estrategia que fracasa en todos lados del mundo.

–Si la visión norteamericana es parte del problema, ¿desde dónde se pueden pensar las soluciones posibles?

–Desde mi punto de vista el problema de las drogas es un problema socioeconómico y cultural por el lado de la producción. Es un problema médico sanitario y de prevención educativa por el lado del consumo. Y por el lado del tráfico el problema es un problema de inteligencia y de aplicación quirúrgica, de tal manera de no equivocar el blanco. El blanco no son los agricultores y el blanco no son los consumidores: el blanco son los grandes traficantes, los lavadores de dinero, los que trafican con precursores químicos para poder producir pasta básica de cocaína y clorhidrato de cocaína.

–¿Cómo se traduce la acción de los Estados Unidos en el valle?

–Sus políticas están orientadas fundamentalmente a atacar a los campesinos y a los consumidores, y dejar sueltos de alguna manera a los eslabones intermedios. Esa estrategia, que es una estrategia equivocada, es la que continúa siendo aplicada en el Perú lamentablemente. Por qué, porque los que manejan la política antidrogas a nivel internacional son los Estados Unidos, y son los que ponen plata para combatir al narcotráfico. Lamentablemente el gobierno de Toledo no pudo diferenciarse de esta estrategia, y creo que el gobierno de Alan García tampoco.

–Sin embargo, el gobierno de Bush anunció que reducirá los recursos para Perú durante los próximos años.

–Anuncian una reducción del 37 por ciento para los próximos cinco años. Soy ambivalente en la interpretación de este asunto. Por un lado me da cierta alegría que los norteamericanos dejen de tirar la plata de sus contribuyentes pero pienso que es una enorme hipocresía de parte del gobierno de los Estados Unidos que quiere supuestamente combatir el narcotráfico pero por otro lado disminuye el apoyo a los países andinos otorgándole solamente dólares adicionales al plan Colombia, que es un gran fracaso en cuanto a que los cultivos siguen creciendo, y la provisión de drogas hacia Estados Unidos y Europa sigue creciendo.

–¿Cuál podría ser en esta explosión del narcotráfico el impacto sobre un país vecino como la Argentina?

–A mí me parece que Argentina tiene un rol en la división internacional del trabajo del tráfico ilícito de drogas triple. Por un lado, es un país consumidor: cada día más en la Argentina misma se consume clorhidrato de cocaína y otras drogas de origen natural y de origen químico. Es un mercado importante. En segundo lugar, es un lugar de tránsito de clorhidrato de cocaína hacia otros puertos, fundamentalmente hacia Africa, el sudeste y el este de Europa, y Europa misma. Y por otro lado, es un centro de lavado de dinero de donde se sacan los recursos para que este negocio de alguna manera continúe.

–En las provincias del Noroeste se consume la hoja de coca.

–En Salta y Jujuy hay probablemente entre 200 y 250 mil consumidores tradicionales de la hoja de coca, que no tiene nada que ver con la cocaína. Son solamente consumidores tradicionales que lo consideran como parte de sus buenas costumbres, como parte de su cultura. Aunque no es una cultura campesina sino urbana. Es casi la única zona de América del Sur donde se consume coca en zonas urbanas. Eso va aparte del rol en el mercado de las drogas del país: es indudable que hay consumo, tránsito y a la vez de lavado de dinero.

–¿Cómo se explica la presencia de ex soldados de Sendero Luminoso articulados con narcotraficantes en la Capital Federal?

–En primer lugar, Sendero Luminoso, de ser una organización político- militar devino en una estructura de grupo armado articulado con el narcotráfico. Esos grupos armados que fueron derrotados migraron a otros países, y Argentina es uno de los países adonde estos ex combatientes de Sendero Luminoso migraron. Lo curioso es que parece ser que muchos de éstos provienen de la zona de Trujillo. Trujillo es una plaza, ha sido siempre una plaza de pasta básica de cocaína y de elaboración en laboratorios de esta pasta y de clorhidrato de cocaína. Y además de salida hacia los puertos del norte y los puertos del sur para la venta de clorhidrato. Entonces no me extrañaría que en Trujillo este grupo de ex senderistas, que eran una suerte de vigilantes, guardianes, sicarios quizás del narcotráfico, después de que dejaron de ser revolucionarios entre comillas, ante la persecución de la policía y el aislamiento que tenían respecto de la población en su conjunto, decidieran migrar y migraran a la Argentina.

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