El mexicano Armando Rosas anda por Buenos Aires en estos días, mostrando entre otras cosas su último trabajo, La balada del pez, grabado con un ensamble llamado La Baldobanda. Primer consejo: borrar los prejuicios que pueden aparecer a partir de la expresión “música popular mexicana”. No hay folklore aquí. O al menos los folklores (entre ellos el rock) están tamizados por el ecléctico perfil autoral de Rosas, un “trovador” atípico, preocupado por la música. Un cantautor para seguir. F. D.