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Se acercan horas decisivas en la pelea por el control de Telecom Argentina. El epicentro del conflicto es la disputa que mantienen el Grupo Werthein y sus socios italianos desde que Telefónica anunció su ingreso en Telecom Italia, accionista mayoritario de la firma. El vicepresidente Gerardo Werthein sostiene que el desembarco de los españoles provocará un monopolio en el mercado local. Los italianos afirman, en cambio, que la fusión europea no impactará en el país. En octubre el Gobierno designó dos veedores para determinar quién tiene razón. Página/12 confirmó que los observadores oficiales elevaron su informe final a fines de febrero, el cual avala la posición de Werthein.
La conclusión de los veedores refleja el trabajo de cuatro meses durante los cuales entrevistaron a directores y gerentes de la empresa, participaron en las reuniones de directorio y tuvieron acceso a las actas. El informe no es vinculante, pero si el Gobierno lo respalda públicamente le podría llegar a exigir a Telecom Italia que se desprendiera de su participación en Telecom Argentina. Este diario intentó conseguir una confirmación oficial en la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) y en la Comisión Nacional de Comunicaciones, donde reportan los veedores, pero no obtuvo respuesta.
La disputa empresaria comenzó en abril del año pasado cuando Telefónica anunció la compra del 5,6 por ciento de las acciones con derecho a voto de Telecom Italia en forma directa a través de la sociedad Telco y el 18 por ciento restante en forma indirecta, mediante la adquisición de la compañía Olimpia a Pirelli, totalizando el 23,6 por ciento de las acciones. Los directores que reportan a Italia intentaron quitarle trascendencia a la operación europea al asegurar que la participación de Telefónica era minoritaria y no tendría repercusión en el mercado local. Sin embargo, el Grupo Werthein pateó el tablero al informarle a la Comisión Nacional de Valores que el ingreso de Telefónica de España en Telecom Italia había impactado en la filial local “condicionando la toma de decisiones”.
Algunas fuentes del sector señalan que Werthein cuestiona la operación porque está peleando para romper la opción de compra a un valor fijo que tiene Telecom Italia sobre el 30 por ciento de sus acciones. Otros afirman que está forzando la salida de los italianos para favorecer el ingreso de un tercero, entre los que se menciona a Telmex y al Grupo Clarín. Sin embargo, Werthein no es el único que cuestiona la operación.
El argumento central de varios especialistas es que Pirelli no era un accionista más dentro de Telecom Italia sino el que controlaba la empresa. Por lo tanto, si Telefónica reemplaza a Pirelli, la que pasa a ejercer ese control es Telefónica. De hecho, ahora es el único especialista en telecomunicaciones, pues sus socios en Telecom Italia provienen del sector financiero.
Pirelli había ingresado en Telecom Italia en 2001 luego de quedarse con la empresa Olivetti. En esa ocasión, se vio obligada a notificar la operación en el país ante la CNDC porque Olivetti controlaba Telecom Argentina de manera indirecta. Entonces su ingreso no fue objetado, pero Pirelli no era la dueña de Telefónica de Argentina.
Otro indicador que refleja la importancia de aquel desembarco fueron las numerosas designaciones que promovió Pirelli en Telecom Argentina. Los directivos que ingresaron fueron Oscar Cristianci, director titular; Jorge Firpo, director suplente; Guillermo Gully, director general corporativo (un delfín de Cristianci); José María Peña Fernández, director de Abastecimiento; Eduardo Varela, gerente de Real State; Rubén Papini, gerente de Logística, y Rubén Agüero, asistente de Peña Fernández, entre otros.
Estos funcionarios se quedaron sin red luego de la salida de Pirelli. Algunos ya se ven afuera y no ofrecerán resistencia. Es el caso de Cristianci, quien incluso se puede dar el lujo de hacer pasar su salida como una simple jubilación, pues cumplió 65 años el 27 de septiembre. Otros, en cambio, rezan para sobrevivir y, según informaron a este diario fuentes de la empresa, están haciendo todo lo posible para lograrlo, incluso cuestionar a los directivos que los hicieron ingresar a la firma para no ser arrastrados por éstos. Los españoles deberían ocupar esos cargos, tal como lo hizo Pirelli cuando ingresó en la compañía, pero Telefónica no quiere hacer nada que llame la atención. Por lo tanto, los movimientos podrían postergarse hasta que el Gobierno se expida sobre el tema.
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