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Economía|Sábado, 29 de marzo de 2008
Grobocopatel discute el discurso de Cristina

Nadie tan enojado como el rey sojero

Por Tomás Lukin

Tras el discurso de la presidenta Cristina Kirchner en Parque Norte, el rey de la soja, Gustavo Grobocopatel, retomó un viejo argumento suyo: “Con una cosecha de soja le pagamos al FMI”. Cristina habló de sojización y el empresario que es el mayor productor del país se sintió tocado. En varios artículos que publicó en diferentes diarios desde 2006, Grobocopatel sostiene que debido a la bonanza que vive el agro es posible mantener el superávit fiscal, pagarle al FMI y afrontar nuevos vencimientos de los servicios de deuda. El razonamiento del empresario parece dejar de lado las condiciones macroeconómicas que permitieron el boom de las exportaciones del campo, como la devaluación y su consiguiente redistribución, un tipo de cambio alto y la explosión de la demanda interna, entre otros factores.

El magnate sojero es un férreo opositor a las retenciones por considerarlas regresivas en materia distributiva. En su lugar propone como alternativa un impuesto a la renta potencial de la tierra: “Un súper impuesto inmobiliario que se diluiría a medida que la productividad aumenta, ya que pasaría a ser un costo fijo”. Santiago Montoya, director del ente recaudador de la provincia de Buenos Aires, estimó en febrero ante este diario que “en el campo cerca de dos tercios de los propietarios no están inscriptos y los que lo están sólo declaran el 60 por ciento; esto genera una pérdida de recaudación de 1000 millones de pesos anuales”. De todas formas, la génesis de las retenciones no reside en su facilidad de cobro.

La familia Grobocopatel arribó al país en 1910 y siempre estuvo relacionada con la producción agropecuaria. Con el tiempo se convirtieron en grandes productores y acopiadores en el oeste de la provincia de Buenos Aires, una de las zonas de mayor productividad. En 1984, el padre de Gustavo puso la primera piedra del imperio, fundando Los Grobo Agropecuaria. Hoy, el grupo posee 17.700 hectáreas propias, pero cultiva, en total, más de 150 mil. Acopia un millón y medio de toneladas y comercializa 112 mil de harina. Entre las empresas del holding facturan cerca de 200 millones de dólares anuales. Su relación con el Gobierno sigue la movilidad de las retenciones y lo llevó a desembarcar en Venezuela, donde tiene un acuerdo con Pdvsa agrícola. Los Grobo está presente en Uruguay, Paraguay y recientemente Brasil. El objetivo es sembrar cerca de 400 mil hectáreas en el Mercosur.

El magnate sojero niega rotundamente que su grupo sea un pool de siembra y sostiene: “Noso-tros somos proveedores de servicios, nuestra actividad es el acopio de granos”. Sin embargo, del total de los cultivos de Los Grobo solamente el 10 por ciento se realiza en tierras propias, mientras que el 90 por ciento son alquiladas.

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