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Economía|Miércoles, 23 de abril de 2008
Lousteau sostuvo que el Gobierno debe conseguir una inflación moderada

El ministro que pide previsibilidad

En medio de una ola de rumores sobre recambios en el gabinete, que lo alcanzan, el titular de Economía sorprendió con declaraciones sobre la evolución de los precios. Lo hizo en un seminario junto a Máxima Zorreguieta, lejos de las negociaciones con el campo.

Por David Cufré
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Máxima Zorreguieta, princesa de Holanda, fue la figura estelar del encuentro donde expuso Lousteau.

Martín Lousteau está corrido del centro de la escena. No participa de las negociaciones con el campo, pese a ser el ministro de Economía, y cuando opina, como lo hizo ayer, sus palabras suenan disonantes. En un Gobierno que evita mencionar la suba de precios, Lousteau planteó que “hay que trabajar para lograr una inflación moderada y previsible”. No es más que otra muestra del estado de situación dentro del gabinete, donde se potenciaron las internas a partir de la pelea con los ruralistas. Cada funcionario parece ir por un camino distinto. El jefe del Palacio de Hacienda pide “previsibilidad”, mientras que Guillermo Moreno se maneja de manera volátil y oscilante en su relación con los empresarios que fijan precios.

“Tenemos posturas diferentes sobre cómo resolver el tema de la carne, la leche y el trigo. Eso también conspira contra la posibilidad de un acuerdo rápido con los representantes del campo”, confesó una fuente del gabinete que participa de las discusiones con los dirigentes agropecuarios. “Se vive un clima enrarecido”, coincidió otro funcionario, quien describió los choques constantes entre Moreno y Javier De Urquiza –secretario de Agricultura–, respaldados por Julio De Vido y Alberto Fernández, respectivamente. No es extraño que con ese mar de fondo recrudezcan las versiones de cambios de gabinete y aparezcan operaciones para instalar candidatos a sillones ministeriales. Lousteau es blanco de todos los rumores.

El titular de Economía estuvo lejos ayer de los despachos donde se seguía el minuto a minuto de las discusiones con los ruralistas. Participó de un seminario que tuvo como figura estelar a la princesa de Holanda, Máxima Zorreguieta, dedicado a las microfinanzas. Pero el ministro le puso calor a ese evento tan atemporal. Descargó un par de definiciones que inevitablemente hicieron ruido en el actual contexto político. “Trabajar por una mejora en la distribución del ingreso implica tener una inflación moderada y previsible”, postuló, como si el incremento de precios no fuera responsabilidad suya sino de otros.

Lo segundo que dijo fue que la Argentina necesita crecer de manera estable para reducir los niveles de pobreza. Es un criterio defendido desde siempre por Néstor Kirchner y Cristina Fernández, pero Lousteau eligió ejemplificar con un porcentaje de expansión del Producto bastante menor del nivel actual, lo cual alguno podría interpretar como un mensaje velado de que habría que desacelerar la economía, como sugiere Alfonso Prat Gay, el economista de Elisa Carrió con quien trabajó en los inicios de su carrera en la función pública en el Banco Central.

“La región necesita crecer mucho tiempo en forma sostenida a la tasa más alta posible”, sostuvo Lousteau en el encuentro organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo, con la presencia de su presidente, Luis Moreno. Sin embargo, cuando se refirió a la Argentina, puntualizó: “Si logramos crecer 10 años a 5,5 o 6 por ciento anual, podríamos incrementar en 50 por ciento nuestro ingreso por habitante y lograríamos generar una cantidad de recursos muy importante para atender un montón de falencias que todavía tenemos como sociedad”. Desde 2003 en adelante, la economía creció siempre por arriba del 8 por ciento, mientras que el acumulado del primer bimestre de este año marca un avance de 9,4 por ciento respecto de igual período del año pasado.

“El conflicto con el campo agudizó la interna dentro del Gobierno, que ya venía con un nivel de tensión importante”, transmitió una fuente del Ejecutivo. De acuerdo con una de las tantas versiones de estos días, De Vido y Moreno vienen presionando en favor de la creación de un Ministerio de Industria y Comercio, que conduciría el actual secretario. Lousteau podría quedar –siempre según el rumor– como ministro de Hacienda y Finanzas.

A diferencia de otras veces, las desmentidas sobre un próximo recambio en el gabinete son menos categóricas. Nadie parece descartarlo. “Cada uno hace operaciones frente a ese escenario, que no es seguro que vaya a pasar. Si alguien va a salir del gabinete lo sabrá el día anterior, y si alguien va a entrar, también lo sabrá sobre la hora”, indicó un funcionario que ya conoce la dinámica de los reemplazos por haberla vivido en otras oportunidades.

Ese clima interno en el Gobierno y la permanente tensión con las entidades ruralistas repercuten en los mercados financieros. A río revuelto, las maniobras especulativas están a la orden del día. La tendencia bajista de los bonos de deuda se convertirá en lo contrario a la primera señal de distensión, ya que la economía sigue creciendo fuerte y el Gobierno acumula cada vez más superávit fiscal y comercial. El problema más acuciante es el de la inflación. Lousteau dice estar esperando que las aguas se aquieten para avanzar con medidas de fomento de la inversión de largo plazo. Está en carpeta un plan para las autopartistas, por ejemplo, que no termina de alumbrar por las urgencias y las internas. En momentos en que se requiere más gestión para contener los precios, otros problemas la paralizan.

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