“No habría que pagar ninguna deuda”

“A la empresa Aerolíneas Argentinas se le ha sacado mucho, por eso considero, como una opinión personal, que no hay que pagar ninguna deuda. Pero eso es algo que deberán resolver los organismos públicos y el Congreso.” Quien habla no es un legislador ni un dirigente de la oposición sino el cuestionado secretario de Transporte, Ricardo Jaime, que ayer concurrió al plenario de las comisiones de Presupuesto y Transporte de la Cámara baja para responder sobre el proyecto de estatización de Aerolíneas Argentinas y Austral. Luego de más de cinco años en su cargo, es la primera vez que accede a responder las preguntas de los legisladores. “Yo no me voy a hacer cargo, como Estado, de la privatización de la empresa ni de su vaciamiento”, disparó Jaime. Además, adelantó que existen gestiones con la fabricante brasileña de aviones Embraer para renovar la flota de AA y Austral.

El secretario fue cruzado por varios legisladores de la oposición (UCR, CC, PRO, SI), quienes repudiaron su gestión y el proyecto del Ejecutivo tal cual fue enviado. La principal crítica se centró en el pasivo que acusa la empresa. Por su parte, un legislador bonaerense señaló a este diario que, al momento de la sesión, alcanzarán 140 votos afirmativos.

El debate parlamentario para aprobar el proyecto de ley sobre la reestatización de Aerolíneas comenzó ayer. El plenario de las comisiones de Presupuesto, que conduce Walter Agosto, y de Transporte, liderada por Zulma Daher (legisladora que votó en contra de las retenciones móviles) inició su ronda de consultas, que incluirá en las próximas semanas a los gremios aeronáuticos, a la Sindicatura General de la Nación y otros especialistas. Ayer fue el turno de Jaime. El cuestionado funcionario arrancó leyendo partes de los fundamentos del proyecto del Ejecutivo. Cuando terminó su lectura –que en un momento fue interrumpida por el legislador Carlos Raimundi (SI) por considerarla pírrica–, el secretario habló de la deuda.

“Acorde a lo determinado por la Sindicatura y aceptado por el Estado, Aerolíneas tiene un pasivo postconcursal de 2500 millones de pesos”, señaló Jaime. El funcionario informó que la deuda de AA y Austral con las provincias, la Aduana, la Afip y el Banco Nación llega a los 583 millones de pesos, de los cuales resultan exigibles 134 millones. La deuda a empresas privadas con participación estatal (Aeropuertos 2000 y Banco Hipotecario) es de 51 millones de pesos (100 por ciento exigible). Estos números, sumados a la deuda con todos los acreedores comerciales, arrojan los 890 millones de dólares que figuran en los fundamentos del proyecto.

“Hay 170 millones de dólares que tenemos que refinanciar inmediatamente. Hay que darles seguridad jurídica a las empresas. Y ésa será la tarea del Congreso”, agregó el funcionario. Luego de su exposición, que como mayor novedad aportó el desglose de la deuda de Aerolíneas y Austral, su opinión de que “no habría que pagar nada”, y las negociaciones con Embraer, la oposición salió a cruzarlo, tanto por este proyecto como por los cinco años de su gestión.

El primero en hablar fue el radical Alejandro Nieva, vicepresidente de la Comisión de Transporte. “Su paso por la secretaría fue ruinoso”, disparó el diputado mientras Jaime miraba al frente, sin moverse un ápice. Paso seguido, le lanzó varias preguntas. “Queremos saber, señor secretario, por qué se convalidaron los balances que habían sido rechazados en 2003, 2004 y 2005. Queremos que se agreguen en este proyecto las actas de todas las asambleas de Aerolíneas para saber cómo actuaron nuestros representantes. ¿Cuál es el monto para la operatividad de la empresa y cómo se soluciona el gerenciamiento futuro?” Daher no dejó que Jaime respondiera todas las preguntas (el acuerdo entre bloques fue un solo cuestionamiento por diputado).

“Nosotros llegamos a un acuerdo con la empresa, que decía que si nos entregaban todos los estados contables para analizar, podríamos llegar a aprobar los balances mencionados. Y así fue”, respondió el secretario. Esos balances fueron, en un primer momento, impugnados judicialmente por el Gobierno, pero tras la salida de Roberto Lavagna se aprobaron.

Por su parte, Adrián Pérez (Coalición Cívica) arremetió contra “la inacción de Jaime” y acusó al actual propietario de AA, el grupo Marsans, de vaciar la empresa. Jaime dijo: “No nos vamos a hacer cargo del vaciamiento. Será la Justicia quien lo determine, así como también cualquier ilícito que se haya podido cometer”.

Cada intervención de un diputado de la oposición traía aparejada una crítica hacia la figura de Jaime. “Quiero decirle a la cara, con humildad pero con convicción, que cuando veo la política de transporte de este gobierno, no tengo más que repudiar su gestión”, confrontó Carlos Raimundi (SI), quien agregó: “Cuando un secretario dice que no se hará cargo del vaciamiento, está admitiendo tácitamente que hubo un ilícito”.

Jaime evitó dar cualquier definición sobre si Aerolíneas sería reprivatizada una vez que se concrete (o no) el salvataje, ni qué pasará con la gestión futura y por qué habría que hacerse cargo de la deuda contraída por Marsans. Sin embargo, desestimó cualquier intento de decretar la quiebra de la compañía (como solicitaron en algún momento desde el radicalismo). Este punto fue compartido por el aeronáutico Ariel Basteiro, quien dijo que sería imposible remontar la confianza de la empresa si llegase a la quiebra.

Basteiro tampoco salió indemne del debate. Desde la UCR recordaron un proyecto de Declaración de 2005, donde el aeronáutico, junto a Margarita Stolbizer, aparecen pidiendo la renuncia de Jaime. Pese a este primer encuentro, con alto nivel de críticas, el oficialismo está confiado en que durante la nueva etapa legislativa habrá menos exigencia de la oposición, en comparación con lo ocurrido con la resolución 125.

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