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Economía|Lunes, 8 de septiembre de 2008
EE. UU. desembolsará 200 mil millones de dólares para frenar la crisis hipotecaria

Al rescate de Fannie y Freddie

El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson, anunció ayer que la administración de Bush tomará el control de las dos principales entidades hipotecarias de ese país. “Es la mejor manera de proteger a nuestros mercados y a los contribuyentes”, afirmó.

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Fannie y Freddie respaldan casi la mitad de los créditos hipotecarios del país.

El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson, anunció ayer que la administración de George Bush tomará el control de Fannie Mae y Freddie Mac, las dos mayores entidades hipotecarias de ese país, para intentar ponerle freno a la crisis financiera motivada por el estallido de la burbuja inmobiliaria. El desembarco prevé una inversión de 100 mil millones de dólares en cada una de las compañías. “Es la mejor manera de proteger a nuestros mercados y a los contribuyentes del riesgo provocado por la situación financiera actual”, sostuvo Paulson, dejando en claro que, pese al multimillonario desembolso estatal, los costos que supone hacerse cargo de estas firmas son menores que los que debería enfrentar la economía estadounidense si se las deja caer.

El jefe de la Reserva Federal, Ben Bernanke, respaldó la decisión: “Apoyo decididamente la resolución de situar bajo tutela a Fannie Mae y Freddie Mac, así como las medidas del secretario Paulson de garantizar la solvencia de ambas empresas”, afirmó a través de un comunicado.

La intervención anunciada es la mayor de la historia del sector bancario de Estados Unidos. Ambas empresas respaldan casi la mitad de los créditos hipotecarios del país y en el último año sufrieron pérdidas por 14 mil millones de dólares en conjunto, pues operan como prestamistas de última instancia. Según la Asociación de Bancos Hipotecarios, los pagos atrasados de las cuotas están ahora en su nivel más alto en un cuarto de siglo. Unos 15 millones de compradores, esto es el 17 por ciento de todos los propietarios, deben ahora más de lo que valen sus inmuebles. Según la Asociación, una de cada diez hipotecas tiene problemas de pago, algo que no ocurría desde 1979. En junio pasado se iniciaron 252.363 trámites de ejecución hipotecaria, cuando un año antes sólo ascendieron a 88.195.

La Agencia Federal de Financiación de Vivienda (FHFA, según las siglas en inglés) será ahora la encargada de gestionar las entidades con carácter provisional. La reestructuración incluirá la sustitución de sus dos máximos responsables, Daniel Mudd, de Fannie, y Richard Sayron, de Freddie. En su lugar estarán dos veteranos del mundo de las finanzas: Herb Allison, ex presidente de Merrill Lynch, encabezará Fannie, y David Moffett, quien fue vicepresidente de U.S. Bancorp hasta comienzos del año pasado, presidirá Freddie. Paulson informó que Mudd y Syron, sobre quienes han caído la mayoría de las críticas por el fracaso de las compañías, ayudarán en la transición. “Estas empresas no serán más dirigidas con una estrategia de maximizar dividendos”, agregó el secretario del Tesoro.

La intervención era esperada por el mercado porque el 26 de julio el Congreso de Estados Unidos había aprobado un multimillonario paquete de rescate para el sector inmobiliario. En ese paquete estaba previsto un financiamiento de emergencia para las dos compañías hipotecarias y la creación de un fondo de “garantías estatales” de 300 mil millones de dólares para que los dueños de las viviendas que están a punto de entregar sus casas puedan refinanciar en condiciones más favorables. Inicialmente Bush tenía previsto vetar la ley porque no estaba de acuerdo con la asignación que se les estaba dando a algunos recursos, pero finalmente la gravedad de la crisis hizo que la promulgara para acelerar la intervención que se concretó ayer.

Tanto Fannie como Freddie fueron creadas por el Estado para luego terminar en manos de operadores privados. Fannie nació en 1938, durante el gobierno de Franklin D. Roosevelt con la intención de facilitar la expansión del crédito hipotecario. Como los bancos se resistían a prestar, el gobierno estadounidense decidió intervenir en el mercado con la entonces flamante Asociación Nacional Federal de Hipotecas (FNMA, en inglés). Con la sigla de ese organismo la gente rápidamente formó el acrónimo Fannie Mae. Con el paso de los años, el keynesianismo fue perdiendo adeptos y en 1968 el Congreso transformó a Fannie en una empresa privada, aunque dejándole un patrocinio estatal que operó como una garantía implícita. En 1970, Freddie nació con el mismo formato, técnicamente conocido como Empresas Patrocinadas por el Gobierno o EPG. Los accionistas de esas firmas hicieron negocios millonarios durante muchos años, consintiendo incluso la expansión del crédito a través de las hipotecas subprime, a personas de escasa solvencia económica. Millones de personas firmaron así hipotecas con la ilusión de que el precio de sus propiedades seguiría subiendo, pero las tasas de interés aumentaron y la burbuja se empezó a desinflar, impactando en el precio de las propiedades. Fue entonces cuando muchos compradores no pudieron afrontar el costo de sus créditos y se dieron cuenta de que debían más de lo que valía su casa. Cuando empezaron a interrumpir los pagos el impacto recayó sobre los bancos y sobre Fannie y Freddie, aunque finalmente serán los contribuyentes, a través del Estado, quienes ahora tendrán que pagar los costos de la fiesta para evitar males mayores.

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