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Economía|Lunes, 15 de septiembre de 2008
Ayer fracasaron las negociaciones para rescatar al cuarto banco más importante de Wall Street

Lehman Brothers al borde de la quiebra

El gobierno estadounidense se negó a aportar recursos para salvar a la histórica entidad y los bancos interesados en comprarlo retiraron su oferta. Ahora buscan evitar que Merrill Lynch sea la próxima ficha en caer.

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Si se concreta, la caída de Lehman será la mayor quiebra en monto de un banco estadounidense en la historia.

El sistema financiero internacional sigue crujiendo. Lehman Brothers, el cuarto banco más importante de Wall Street, quedó ayer al borde de la quiebra luego de que las entidades Barclays y Bank of America desistieran de comprarlo. El secretario del Tesoro estadounidense, Henry Paulson, mantuvo reuniones durante el fin de semana con los principales banqueros de ese país para encontrar una salida que permitiera evitar la caída de esta histórica entidad de 158 años, que opera en pleno centro de Manhattan. Sin embargo, el funcionario dejó en claro que el gobierno no estaba dispuesto a destinar recursos públicos para sanearla, tal como hizo con Bear Stearns en marzo y con las agencias hipotecarias Fannie y Freddie la semana pasada. Esa posición dejó al banco sin red porque los potenciales interesados reclamaban apoyo financiero estatal para comandar el rescate. Ayer por la noche, el periódico The New York Times dejó trascender que el Bank of America estaba negociando su ingreso a Merrill Lynch. Si la versión se confirma la suerte de Lehman estaría echada porque esa acción deja en evidencia que se da por descontada su quiebra poniendo los esfuerzos en Merrill Lynch para evitar que sea la próxima ficha en caer.

El miércoles de la semana pasada, Lehman declaró pérdidas de 6212 millones de dólares en los primeros nueve meses del año fiscal, frente a los 3306 millones que ganó el año pasado en igual período. Al mismo tiempo, la entidad anunció un recorte del dividendo trimestral de 68 a 5 centavos por acción y una “drástica” reducción de su grado de exposición a activos vinculados con el sector inmobiliario y con préstamos hipotecarios, pues allí comenzó su debacle. También comunicó que estudiaba la venta de una participación mayoritaria en su división de administración de activos Neuberger Berman. La reacción del mercado no se hizo esperar y la entidad perdió el 74 por ciento de su valor en la bolsa.

Henry Paulson mantuvo reuniones de urgencia el fin de semana con los principales referentes del sistema bancario para tratar de evitar la quiebra de Lehman y un contagio que empeore aún más la situación. Ayer el encuentro fue en la Reserva Federal de Nueva York, donde estuvieron los principales ejecutivos de Bank of America, Barclays, Merrill Lynch, UBS Americas, JP Morgan y Citigroup, entre otros. Las negociaciones fueron contrarreloj para tratar de anunciar un acuerdo que llevara tranquilidad a los mercados antes de la apertura de hoy. Sin embargo, no hubo avances porque Bank of América y Barclays, las dos entidades interesadas en Lehman, querían que el Tesoro estadounidense brindara una garantía similar a la que ofreció en marzo cuando JP Morgan Chase se quedó con Bear Stearns.

El gobierno se negó a seguir de-sembolsando dinero de los contribuyentes para socorrer a los bancos. Lo que hizo fue pedirles a los banqueros que fueran ellos los encargados de desembolsar el capital necesario para evitar el derrumbe del sistema, pero los representantes de Barclays y Bank of America retiraron su oferta dejando a Lehman al borde de la liquidación judicial. Esta entidad aún contaba con 639.000 millones de dólares de activos a fines de mayo. La mayor quiebra de un banco estadounidense hasta el momento –la del Continental Illinois en 1984– puso en juego una suma 16 veces inferior, de 40.000 millones de dólares. Por lo tanto, se espera un impacto brutal y de consecuencias incalculables sobre el sistema financiero mundial por la fuerte interconexión que existe entre las distintas entidades.

Las frenéticas negociaciones de última hora entre Merrill Lynch y el Bank of America parecían destinadas a montar un muro de contención frente al inevitable derrumbe de Lehman. Para hoy se espera una jornada convulsionada y de consecuencias imprevisibles porque la crisis financiera adquirió una dinámica que por momentos parece haberse independizado de los principales actores que la protagonizan. “No hay ninguna duda de que esto está en vías de superar todo lo que he visto y todavía no está resuelto”, afirmó ayer Alan Greenspan, que se desempeñó como presidente de la Reserva Federal durante 19 años.

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