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El sistema financiero ya tiene medio salvavidas. El Senado aprobó anoche el paquete legislativo de rescate, con importantes reformas tributarias y una ampliación del fondo a 850.000 millones de dólares. Los integrantes de la Cámara alta anticiparon el tratamiento del mega rescate que diseñó el Ejecutivo, elaboraron su propio borrador para contentar al conjunto de demócratas y republicanos y patearon la pelota al campo vecino. Ahora la Cámara de Representantes (Cámara baja) deberá decidir entre hoy y mañana si entrega esa chequera al Tesoro estadounidense. La presión sobre los representantes se acelera a menos de cinco semanas de la elección para renovar la mayoría de dicha Cámara. Bush aseguró que el proyecto aprobado es una “versión mejorada”.
El plan que obtuvo el sí contempla alivios fiscales y protecciones para los depósitos bancarios, que elevaron en más de 150.000 millones de dólares el monto original. Los mercados cumplieron una jornada de estricto rigor a la espera de una definición. A pesar de las desastrosas cifras que arrojó la economía norteamericana ayer (ver aparte), la Bolsa de Wall Street cerró con leve descenso de 0,2 por ciento en su principal índice industrial.
La primera “buena” que recibe Bush desde que anunció el salvataje que en un principio iba a insumir unos 700.000 millones de dólares. Con trece discursos consecutivos de apoyo en diez días, el presidente estadounidense agotó todos sus argumentos para convencer a los negociadores de la bondad del plan. “Este plan es diferente, ha sido mejorado y tengo confianza en que será aprobado”, suplicó Bush en cadena nacional, horas antes de que el Senado entrara en sesión para tratar el tema. Luego de varias horas de deliberación parlamentaria, el Senado aprobó el paquete original y luego el anexo con los cambios introducidos, dando media sanción a una remozada versión del rescate. El tanteador final quedó entonces en 74 votos a favor y 25 en contra.
La nueva versión logró escindir los pedidos de demócratas y republicanos para alcanzar el acuerdo:
- Se eleva de 100.000 a 250.000 dólares la garantía que se aplica a los depósitos de los clientes bancarios cuando una entidad se ve abocada al cierre o a la quiebra.
- Se exime a contribuyentes con ingresos medios de la Tasa Mínima Alternativa. Una norma que, en general, implica impuestos más elevados.
- Se conceden desgravaciones fiscales y otros incentivos para empresas o particulares que inviertan en energías renovables.
- Se otorgan exenciones fiscales para las empresas que inviertan en nuevos mercados, en investigación y en desarrollo.
- Se da autoridad a la Comisión de Valores de prohibir el mark to market, que permite a las entidades asignar a un bien el valor de mercado. Estas medidas se unen a otras introducidas en el programa por la Cámara de Representantes.
Los cambios no fueron menores: como consecuencia de estas adiciones, el Acta de Estabilización Económica de Urgencia 2008, como se denomina al paquete, ha pasado de tener 102 páginas en su versión de rechazada, a contar con 451. Los adicionales, junto con una situación financiera que hace cada vez más evidente la necesidad de algún tipo de auxilio, sirvieron para ganar adhesión en el Capitolio. De hecho, los tres senadores que están en campaña, los aspirantes a la Casa Blanca, Barack Obama y John McCain, y el aspirante a vicepresidente, Joseph Biden, dejaron por unas horas sus actividades electorales y se desplazaran a Washington para participar en la votación. Todos en favor del rescate, y presionando a sus respectivos colegas para que también aprueben el plan.
De todos modos, la cercanía de las elecciones presidenciales, en las que se renueva buena parte del plantel de la Cámara de Representantes, siembra muchas dudas en la posición que adoptarán sus miembros. En los últimos días, los legisladores de la Cámara baja fueron bombardeados con llamadas y correos electrónicos de habitantes de los distritos que representan, para que no dilapiden el dinero de los contribuyentes.
El mercado fue un espectador privilegiado del debate. Los movimientos de las bolsas del mundo tuvieron un fuerte componente especulativo y las diferencias fueron mínimas. La Bolsa de Nueva York cerró con un descenso de 0,2 por ciento en el Dow Jones. El índice Nasdaq, donde cotiza la mayoría de las empresas de tecnología, perdió 1,1 por ciento. En Europa, las caídas estuvieron arrastradas por los papeles bancarios. Los bancos centrales del mundo inundaron nuevamente el mercado de dinero con sumas multimillonarias. El Banco Central Europeo facilitó 50.000 millones de dólares, el Banco de Inglaterra puso a disposición del sistema bancario otros 30.000 millones, el Suizo volcó 10.000 millones y el de Japón 5.300 millones. Por lo pronto, más allá de la aprobación o no del rescate, los gobiernos siguen interviniendo para sortear el estrangulamiento crediticio mundial.
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