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Economía|Jueves, 6 de noviembre de 2008
La cotización en bancos y casas de cambio bajó cinco centavos, a 3,33 pesos

Dólar controlado, dólar desinflado

Con un volumen de negocios igual a un tercio del nivel promedio de la semana pasada, el Banco Central terminó comprando dólares para que su precio no siguiera cayendo. En la city ya estudian cómo burlar la nueva regulación.

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La cotización en algunas casas de cambio retrocedió a 3,32 pesos, aunque el promedio fue 3,33.

Con mayor control los inversores ya no corren con el mismo interés detrás del dólar. Los cambios en la operatoria bursátil dispuestos por el Banco Central para entorpecer la fuga de capitales le quitaron atractivo a la plaza cambiaria y el dólar siguió deslizándose por la pendiente. Ayer al público el billete verde se ofreció al cierre en las pantallas del microcentro a 3,33 pesos, cinco centavos menos que en la víspera. La caída fue un ajuste necesario del sistema para reducir la diferencia que dejó anteayer el retroceso de diez centavos en el segmento mayorista. La nueva normativa, sumada a mayores controles “in situ” en bancos y agencias de cambio, borró a todos a los especuladores que disfrazaban en una compra y venta de títulos la salida de dólares del país. El desbalance llevó incluso a que el Central debiera salir a comprar divisas –elevando la cotización un centavo y medio–, con lo que pudo recuperar parte del stock de reservas perdidos en las últimas semanas.

“La resolución y la auditoría sobre la operatoria ayudaron a bajarle los humos al mercado de cambios, pero para la persona que está decidida a sacar la plata no hay control que valga”, dijo a PáginaI12 el analista de una compañía de Bolsa. Si bien en la plaza señalan que la actividad quedó reducida a un tercio del promedio del último mes, reconocen también que es un monto de “operaciones genuinas”. De todos modos, las mesas de cambios, hasta anoche, analizaban la letra chica del comunicado que lanzó el lunes el organismo que conduce Martín Redrado. La intención es hallar un agujero legal que permita sortear la nueva restricción. “Va a ser difícil; la norma es bastante clara: el inversor tiene que retener los títulos que compra 72 horas. Y no hay más que eso”, reconoció el responsable de una mesa de cambio. “De última, habrá que volver a cruzar lanchas como en 2001 al Uruguay con valijas con dólares”, afirmó otro.

En el tercer día desde la publicación de los ajustes a la metodología de compra y venta de bonos y acciones, los controles sobre la rueda se intensificaron. Al igual que en la víspera, se presentó personal de la AFIP y del Central para corroborar que se cumpla con los cambios. Además, ambos organismos, sumados a la Comisión Nacional de Valores, verificaron la situación legal y patrimonial de cada uno de los grandes demandantes de dólares. “En las mesas no intervinieron, aunque sí hubo algún requerimiento de legajos”, dijo a este diario el analista Carlos Lizer, de Puente Hnos.

Bajo la mirada del “Big Brother” Redrado, las transacciones cambiarias, a diferencia de la semana pasada, carecieron de una demanda sólida. Desde temprano, con el dólar en 3,29 pesos en el mercado mayorista, el Central intervino comprando billetes por encima de los 3,30 pesos, nivel que sustentó hasta el final con poca oscilación. “Eso trajo algo de calma a los cambistas”, asegura un informe de ABC Mercado de Cambios. La oferta proveniente de los exportadores y la demanda de los bancos privados y empresas fueron equilibradas con asistencia del BC, especialmente comprando la divisa por más de 80 millones de dólares. “Hicimos compras y luego vendimos algo para evitar que estuviera la cotización tan planchada; con lo que el saldo de reservas avanzó unos cinco millones respecto del cierre previo”, explicaron desde el Central. El stock informado fue de 45.363 millones de dólares.

El volumen volvió a ser escaso. En la plaza cambiaria se negociaron apenas 392 millones de dólares, mientras que en bonos (ver aparte) las operaciones sumaron 263,5 millones de pesos. “La baja operatoria en bonos en dólares nos sigue dando la razón: los volúmenes anteriores respondían a una actitud especulativa y para evitar los controles sobre la salida de divisas”, afirmaban satisfechos en el entorno de Redrado. De hecho, la caída de ayer en acciones y títulos públicos originó cierres de coberturas a futuro a 3,34 para fin de mes y 3,40 para diciembre.

Al público, la jornada no dio sobresaltos. Tal como se preveía, las casas de cambio ajustaron la cotización al derrape mayorista del martes. Las pizarras se acomodaron rápidamente en la apertura y hasta el cierre en 3,33 pesos. “La demanda privada estuvo muy floja. Suele suceder cada vez que cae la cotización. Los ahorristas van detrás del movimiento, Cuando sube salen a comprar”, comentó Lizer. El control tuvo también algo que ver con este tipo de demanda. Las inspecciones oficiales fueron detrás de los denominados coleros que alquilan sus documentos a especuladores que buscan comprar dólares por encima del límite legal.

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