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Los trabajadores de la curtiembre Wyny, ubicada en el partido bonaerense de Avellaneda, decidieron ayer tomar la fábrica, de capitales mexicanos, ante el inminente cierre anunciado por sus propietarios. Si se concretara la amenaza de cierre quedarían sin trabajo más de 250 personas. “La situación es alarmante. Los empresarios argumentan que esta medida se debe a la crisis internacional y a los golpes de la recesión, pero las consecuencias siempre las pagamos los trabajadores”, indicó el titular del Sindicato de Obreros Curtidores (SOC), Walter Correa.
El dirigente denunció que más de 250 trabajadores perderían sus puestos laborales por el cierre de la empresa. Ante estas circunstancias, los obreros decidieron tomar la fábrica para hacer oír sus reclamos. “Pedimos que se respeten los puestos de trabajo, pero en caso de que los empresarios mexicanos decidan cerrar la empresa deberán pagar el total que adeudan a los curtidores en concepto de sueldos e indemnizaciones. No podemos tolerar más el pisoteo de los derechos de los trabajadores”, afirmó Correa.
De todos modos, el dirigente gremial remarcó que “los trabajadores no pueden quedarse sin sus fuentes laborales de un día para el otro”, por lo cual exigió “una pronta solución al conflicto”. El sindicato espera la intervención del Ministerio de Trabajo para encontrar una solución al conflicto, aunque los dirigentes admitieron su preocupación porque los accionistas parecen dispuestos a abandonar la empresa.
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