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Economía|Miércoles, 25 de febrero de 2009
Más datos negativos sobre la economía real de Estados Unidos. Pronósticos de una larga recesión

Caída que no encuentra red de contención

El derrape de la principal economía del planeta sigue mostrando que aún no alcanzó un piso para detenerse. El titular de la Reserva Federal, Ben Bernanke, estimó que la recesión puede extenderse al 2010 y señaló que existe una “contracción severa”.

Por Cristian Carrillo
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Las acciones del Dow subieron 3,3 por ciento, al definirse una nacionalización parcial de bancos.

La recesión estadounidense se profundiza y se extiende a todo el planeta, mientras las autoridades extreman los controles financieros para evitar el despilfarro de los bancos. Los datos de la principal economía del mundo volvieron a dar cuenta de una desaceleración de sus principales motores: los precios de las viviendas y la expectativa de consumo se ubicaron en sus mínimos históricos. El titular de la Reserva Federal, Ben Bernanke, estimó ayer que la crisis durará al menos por los próximos dos años. Al tiempo, la Fed emitió un comunicado en el que desestima la posibilidad de una nacionalización masiva de los principales bancos del país. Envió también una carta a las entidades financieras para que pidan autorización “con suficiente antelación” antes de distribuir dividendos o comprar acciones. A pesar de los pésimos datos del sector real, la Bolsa neoyorquina marcó un rebote en la última mitad de la rueda, con lo que recuperó hasta un 3,3 por ciento.

No fue un descubrimiento, pero igual causó revuelo. Las declaraciones de Bernanke dejaron en descubierto que a las propias autoridades de la política monetaria estadounidense se les hace imposible prever una salida a la crisis y se siguen sorprendiendo de su alcance. En una supuesta revelación, el titular de la Fed habló de una “contracción severa” para la economía durante una presentación realizada ante la Comisión de Bancos del Senado. Advirtió que, a pesar de los riesgos, las iniciativas adoptadas parecen estar estabilizando a los volátiles mercados financieros, de modo que, si surten el efecto deseado, la recesión podría finalizar en 2009.

Se esperanzó en que el 2010 “sea un año de recuperación”, pero reconoció que los gobernadores de la Fed prevén que “una recuperación completa de la actual recesión tome más de dos o tres años”. Finalmente, reconoció que los últimos indicadores económicos “no habían sido estimulantes”. “El deterioro del mercado laboral, las pérdidas considerables de riquezas en capital y bienes inmobiliarios y las condiciones restrictivas de los préstamos pesaron sobre la confianza de los consumidores y en sus gastos”, detalló.

El diagnóstico fue confirmado con la publicación del índice de confianza de los consumidores, que cayó a su nivel más bajo desde que el instituto Conference Board lo mide, en 1967. Según la entidad, el 40,5 por ciento de las familias espera que la coyuntura económica se degrade todavía más en el próximo semestre, mientras 50,8 por ciento prevé que continúe como hasta ahora. “Además, las empresas redujeron sus inversiones, reaccionando a perspectivas que se deterioran, así como a las dificultades para obtener préstamos”, indicó la entidad. Por su parte, el precio de las viviendas unifamiliares en las veinte mayores ciudades estadounidenses cayó en promedio un 18,5 por ciento en diciembre pasado.

Bernanke confió en que el paquete lanzado por Obama y aprobado hace unos días por el Capitolio baste para capear la crisis. A un día de que se dieran a conocer más detalles sobre la metodología que adoptará el Tesoro para inyectar liquidez a los bancos al borde del abismo, la Fed emitió un comunicado con las consideraciones que llevarán implícitas las ayudas estatales. En un texto enviado a los bancos, el organismo “revela su anhelo de que los grupos bancarios informen o consulten al personal de supervisión de la Fed con suficiente antelación” las operaciones de compra de acciones y distribución de dividendos.

Por otro lado, contrariamente a su iniciativa “Buy America”, el presidente estadounidense y el primer ministro japonés, Taro Aso, acordaron resistir al “proteccionismo” y estimular la demanda interna y externa para enfrentar la crisis económica global. “Concordaron completamente en la necesidad de resistir al proteccionismo”, según señala un comunicado que difundió la Casa Blanca en horas de la tarde, mientras se esperaba por el discurso de Obama.

En medio, Wall Street se recuperó del mínimo nivel de los últimos doce años en que había caído anteayer. El avance se sustentó en las declaraciones de Bernanke. El titular de la Fed negó que se piense en una “nacionalización” de los principales gigantes financieros: el Citigroup y el Bank of America. Independientemente de la estatización encubierta en la que se encuentran en los hechos esos bancos, los inversores se conforman con que esa palabra “tabú” para la ortodoxia financiera no sea pronunciada. En horas previas, la presidenta de la corporación federal de seguro de depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés), uno de los organismos de regulación bancaria, Sheila Bair, había indicado “que los grandes bancos estaban actualmente suficientemente capitalizados y que sería sorprendente que los gobiernos se vieran obligados a nacionalizar”. Es así que el Dow Jones logró avanzar un 3,3 por ciento y el índice tecnológico Nasdaq hasta un 3,9 por ciento.

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