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Economía|Sábado, 14 de marzo de 2009
Los temas que negocian los ruralistas cuando no hablan de derechos de exportación y apertura de mercados

Hay vida más allá de las retenciones

Aunque se muestra dura luego de la negativa oficial a bajarle el impuesto a los granos, la Mesa de Enlace quiere seguir dialogando con el Gobierno porque le sirve para obtener concesiones menores. Qué pide ahora.

Por Fernando Krakowiak
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Carlos Garetto, Mario Llambías y Hugo Biolcati esperan poder volver el martes al Ministerio de la Producción.

La Mesa de Enlace continuará en las próximas semanas jugando a dos puntas. Su apuesta de máxima es lograr la eliminación de las retenciones en granos y carnes y la apertura total de los mercados de exportación. Eso es lo que repiten cada vez que tienen oportunidad. Sin embargo, saben que será muy difícil lograrlo y no quieren que la lucha quede planteada en términos de todo o nada. Por lo tanto, al mismo tiempo buscan mantener la negociación con el Gobierno para ir obteniendo concesiones menores, como las acordadas durante los últimos martes.

Hasta el momento, lograron la eliminación de las retenciones a los lácteos, subsidios a los tamberos, un aumento en el precio de referencia del trigo destinado al mercado interno (13,5 por ciento), la reducción del encaje que se les exige a los frigoríficos para exportar (de 75 a 65 por ciento), un incremento en la cuota anual de exportación de carne (60 mil toneladas extras), la agilización de los expedientes sobre emergencia agropecuaria y medidas puntuales para las economías regionales. Lo que sigue es un detalle de algunos temas que aún se están negociando:

- Precios de referencia del kilo vivo. Tanto la reducción del encaje como la ampliación de la cuota de exportación tienen como objetivo generar una mayor demanda para que aumente el precio que recibe el productor por el kilo vivo. Sin embargo, los ruralistas afirman que esas reformas deben ir acompañadas de una modificación de la resolución 38 de la Secretaría de Comercio Interior, que establece los precios de referencia. En la actualidad, la mayoría de las operaciones se están cerrando por encima de los valores establecidos en marzo del año pasado, pero la vigencia de la norma le otorga a Guillermo Moreno la posibilidad de sancionar a los frigoríficos cuando le quiera poner un freno a la escalada. De hecho, la Mesa de Enlace denunció que ya había comenzado a presionar a los industriales cuando los precios en el Mercado de Liniers empezaron a subir.

- Plazos de exportación. La resolución 543 de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca) establece 45 días para efectivizar la venta de granos al exterior una vez que se aprueba la declaración jurada y extiende el plazo hasta 180 días si los exportadores pagan las retenciones dentro de los cinco días hábiles posteriores a la aprobación de la declaración. Los productores reclamaron el martes que se vuelva al plazo de 365 días, pues aseguran que de esa forma se recuperará el mercado a término, que permite pactar contratos a un año y obtener financiamiento. El Gobierno respondió que está dispuesto a ceder, pero con la condición de que realicen el pago anticipado de la retención. Los dirigentes rurales afirman que esa concesión no les sirve porque muy pocos tienen la espalda financiera para pagar el 35 por ciento de impuesto sobre un producto, si se toma el ejemplo de la soja, que recién podrían llegar a vender un año después.

- Cartas de porte. La Mesa de Enlace afirma que el nuevo sistema les está generando inconvenientes a los productores y tiene razón. Uno de los problemas surge al momento de solicitar el Código de Trazabilidad de Granos (CTG). El productor debe pedirlo por celular o Internet al momento de cargar el camión para incluirlo en la carta de porte y despachar el envío, pero en algunas zonas los celulares no captan la señal y tampoco hay Internet. Otro problema surge por la imposibilidad de realizar traslados de granos por cuenta y orden de un tercero. Por ejemplo, antes un productor enviaba los granos al puerto y si éstos eran rechazados por estar húmedos la propia cerealera los trasladaba en nombre del productor a una planta acondicionadora donde eran secados. Ahora quien tiene que hacer eso es el dueño de los granos pidiendo un nuevo CTG, lo cual complica muchísimo el traslado porque el productor no se encuentra en el puerto sino en su pueblo. El titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, y el presidente de la Oncca, Emilio Eyras, tomaron nota de estos reclamos y la semana pasada les adelantaron a los representantes de las bolsas de cereales que introducirán reformas.

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