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Economía|Jueves, 19 de marzo de 2009
Con la colaboración del Estado español se clausuraría el pleito

Acuerdo en puerta por Aerolíneas

El convenio será celebrado entre Aerolíneas Argentinas y la europea Airbus, para la compra de más de treinta aviones y por un monto total aproximado de 2000 millones de dólares. Marsans recuperará la millonaria seña que aportó cuando firmó el acuerdo de compra con Airbus.

Por Cledis Candelaresi
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Marsans adelantó que si alcanzaba un acuerdo dejaría sin efecto la presentación ante el Ciadi contra Argentina.

El gobierno argentino ya comenzó los aprestos para un acto que tiene previsto organizar en los próximos días. Los videos con la historia de Aerolíneas Argentinas y Austral servirían para ilustrar el anuncio de un acuerdo que permitirá clausurar la reestatización sin dejar pleitos abiertos. Durante la proyección, minutos antes o poco después, se daría a conocer la firma del contrato con Airbus para comprar una parte de los aviones que había comprometido Marsans. La intervención de José Luis Rodríguez Zapatero habría sido decisiva para encontrar una fórmula de financiamiento satisfactoria y que le permitiría a ese operador hispano recuperar una millonaria seña entregada a cuenta de esta transacción.

El acuerdo será celebrado entre Aerolíneas Argentinas y la europea Airbus, para la compra de más de treinta aviones y por un monto total aproximado de 2000 millones de dólares. Ese monto se cubriría por tercios equivalentes a través de tres aportantes. Una tercera parte será financiada por el propio vendedor de las aeronaves; el otro por bancos españoles, que reclamaron el aval del Estado ibérico para semejante operación, cuestión que está en curso: por estas horas, sólo faltaría la rúbrica de un consejo mixto que participa en la extensión de ese respaldo estatal.

El tercio restante sería aportado por el Estado argentino, que debería conseguir préstamos de bancos locales o internacionales. Según fuentes ligadas con la negociación, para esto se dispone de plazo hasta el 2011, ya que esos recursos servirían para cubrir la última etapa de la negocación. Además, hay buen ánimo para encarar la tarea. Los representantes de la nueva gestión estatal suponen que las entidades financieras podrían tentarse rápido a dar esos préstamos respaldados con la prenda de aviones. Apenas empiece la recuperación de la economía, suponen, se podría reactivar el mercado aeronáutico y la demanda de aeronaves: si AA y Austral no las pagan el prestamista podría colocarlas en el mercado.

La firma del acuerdo con Airbus no sólo permitiría reequipar las líneas aéreas rápidamente, sino que liberaría a Marsans de un problema. La empresa encargó unos setenta aviones cuando tenía en perspectiva explotar varias líneas aéreas, Aerolíneas y Austral entre ellas. Pero hoy sólo conserva a Air Comet, línea que cubre la ruta Buenos Aires-Madrid y hasta hace días tenía código compartido con las empresas locales, lo que permitía a uno transportar pasajeros del otro. Pero este acuerdo fue dado de baja en el marco de una disputa con los hispanos por los términos de la reestatización.

Marsans podrá recuperar la millonaria seña que aportó cuando firmó el acuerdo de compra con Airbus y con ello se dará por satisfecha. Esto implica que, según adelantó públicamente, debería dejar sin efecto la presentación ante el Ciadi reclamando al Estado nacional una indemnización por varios conceptos, todos asociados con el rescate de Aerolíneas y Austral.

El acuerdo de partes también despejaría el camino en los tribunales locales, permitiendo clausurar el juicio por expropiación que se está llevando adelante. En el marco de este trámite, el Estado está esperando rescatar las acciones aún en poder del grupo español, a cuya orden depositó 1 peso. Según la última cotización del Tribunal de Tasación de la Nación, las dos líneas aéreas tienen un valor real negativo cercano a los 895 millones de dólares, uno de los puntos que más diferencias generaron en torno al rescate accionario.

En alguna medida, ese monto resulta de restar a los activos empresarios los voluminosos pasivos que el Estado nacional asume como una carga propia en este proceso. Del mismo modo que solventó desde julio el rojo de la caja de las compañías, que siguen teniendo un abultado déficit operativo, más allá de los empeños de la nueva gestión por afinar el lápiz. Pero ese lastre económico ya está asumido más allá del derrotero que sufra el complejo vínculo con los españoles. Finalmente, clausurar amistosamente la relación con Marsans permitiría relajar el vínculo con el gobierno español, que periódicamente se tensa por la suerte que corren las empresas de ese origen en el territorio local. Más en este caso particular, ya que el comportamiento que tuvo ese Estado europeo, accionista y garante en la historia de privatización de las líneas aéreas, está siendo revisado en tribunales madrileños y argentinos.

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