El designado ministro de la Producción, José Ignacio de Mendiguren, se reunió ayer con el embajador norteamericano, James Walsh, para analizar las perspectivas de la economía argentina y de las firmas estadounidenses radicadas en el país. La entrevista forma parte de la ronda de contactos con funcionarios de países que tienen interés económico en la Argentina y presionan sobre la gestión de Eduardo Duhalde para conservar las prerrogativas de sus inversores.
“La transición no fue ordenada, como todos hubiéramos querido; se dio de una forma casi caótica y hoy lo que pretendemos –y en esto coincidimos con el embajador– es que el camino que Argentina debe transitar es el de una economía que de solución a la enorme distorsión de los precios relativos y a los elevados costos de los servicios”, comentó ayer De Mendiguren al término del encuentro.
Walsh manifestó su deseo de que Argentina fuera “más previsible”, a lo que De Mendiguren le contestó que es lo “mismo que deseo”, enfatizando que “Argentina es un país que está en camino a ser más previsible y más competitivo”. Ambos funcionarios habrían coincidido en que, luego de la devaluación, las empresas norteamericanas radicadas en el país quedarían mejor posicionadas, básicamente para exportar desde la Argentina.