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Economía|Martes, 19 de mayo de 2009
Fabricantes de terminales electrónicas de Tierra del Fuego justifican la protección

Las industrias del fin del mundo

Alejandro Mayoral, titular de la Asociación de Fabricantes Argentinos de Terminales Electrónicas de Tierra del Fuego, aseguró a Página/12 que la propuesta de cobrarles mayores impuestos a las importaciones electrónicas incentivará al sector. “Permitirá crear dos mil nuevos puestos de trabajo.”

Por Sebastián Premici
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“Tener industria electrónica es una decisión política”, afirmó Mayoral.

La Cámara de Diputados tratará mañana el proyecto del Ejecutivo para implementar Impuestos Internos a una serie de productos electrónicos importados. Alejandro Mayoral, titular de la Asociación de Fabricantes Argentinos de Terminales Electrónicas de Tierra del Fuego (Afarte), señaló en un reportaje con Página/12 que la iniciativa permitirá crear en la isla 2000 nuevos puestos de trabajo y que se favorecerá a la industria electrónica del país.

–¿Por qué el Gobierno decidió impulsar este proyecto de ley?

–La promoción industrial en Tierra del Fuego (vigente a partir de la ley 19.460) fue perdiendo competitividad frente a Manaos, la maquila mexicana o las importaciones del Asia Pacífico. El gobierno de Domingo Cavallo (en su período menemista) dispuso la suba de los Impuestos Internos de los productos que salían de la isla. Que un país quiera tener una industria electrónica es parte de una decisión política, pero para que ésta se consolide deben existir condiciones de promoción, como ocurre en Brasil. Cuando se hizo la negociación del Mercosur se determinó que podían existir dos zonas especiales dentro del bloque económico, una era Manaos y la otra era Tierra del Fuego. Por lo tanto, la promoción industrial de la isla está protegida por los tratados internacionales del Mercosur.

–El proyecto del Ejecutivo habla de “productos suntuarios”, donde entran las cámaras digitales, celulares y notebooks. ¿Por qué se hizo referencia a los productos suntuarios en vez de mencionar la defensa de la industria nacional?

–Hay productos que están metidos dentro del proyecto que efectivamente son suntuarios, como una cámara digital. La palabra “suntuario” tiene una caracterización negativa pero corresponde a productos que son consumidos por los sectores de alto poder adquisitivo. Para tener un instrumento válido de efecto arancelario que compense los beneficios que tenían los importadores, hay que aplicar impuestos internos. La notebook no es un producto suntuario, es una herramienta de trabajo para personas de ingresos altos. Ahora, ¿con qué impuesto las grava? Como ya existe una ley de Impuestos Internos, es más fácil incluirlas ahí que inventar otro gravamen.

–¿Quiénes son los que más se oponen a este proyecto?

–Están los importadores (que operan a través de mayoristas de informática y electrodomésticos) y los ensambladores. Las PC de escritorio no estarán afectadas. Dentro de las empresas que venden notebooks, hay algunas que ensamblan los componentes en el continente pero el grueso de las máquinas son importadas. Para aquellos industriales que se dedican a la fabricación nacional, tranquilamente podrían instalarse en Tierra del Fuego. No hay ningún problema.

–¿Quiénes tienen la capacidad de fabricar notebooks?

–Los productores de Tierra del Fuego podrían abastecer todo el mercado interno en 90 días. Existe todo un proceso de integración de componentes ya montado que podría ponerse a disposición de este mercado. Una de las empresas radicadas es BGH, que inaugurará su fábrica en julio. También está Newsan, Phillips, entre otras. En cuanto a las cámaras digitales, todavía no hay ningún fabricante local.

–El secretario de Industria de Tierra del Fuego señaló a este diario que Newsan ya tenía un pre acuerdo con Hewelt Packard. ¿Será la principal beneficiada?

–Es una posibilidad. Pretendemos que los fabricantes locales acuerden con las grandes marcas o que directamente se creen marcas nacionales. También los ensambladores del continente podrían instalarse en Tierra del Fuego. A los importadores no les interesa para nada la fabricación nacional.

–¿Por qué el Estado no planifica la promoción industrial de productos electrónicos en diferentes provincias, en vez de concentrar todo en una?

–Los clusters que están radicados en la isla pueden ser más beneficiosos que un montón de empresas diseminadas. En Tierra del Fuego ya están instaladas las fábricas, no hay que inventarlas.

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