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Economía|Miércoles, 1 de julio de 2009
En privado, los principales dirigentes de la industria redoblaron sus críticas al Ejecutivo

La UIA se distancia más del Gobierno

En una reunión de la cúpula de la central fabril se definió una estrategia para instalar la agenda empresaria. Se buscará una alianza con la Mesa de Enlace para apoyarse mutuamente en sus reclamos. Solicitaron diálogo a las autoridades.

Por Cristian Carrillo
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La UIA pidió “revalorizar el diálogo y la búsqueda de consensos” luego de las elecciones del domingo.

La derrota legislativa del oficialismo en terreno bonaerense permitió que el habitual lobby empresario mute en un compacto grupo de presión. La junta directiva de la Unión Industrial Argentina se reunió ayer a analizar los comicios del domingo y establecer nuevas tácticas para obtener mayor rédito de la situación actual. “Cada uno que viene señala una cabeza que quiere cortar”, dijo a Página/12 un directivo presente en el encuentro. La mesa chica entendió los resultados de la votación como un signo de fortalecimiento de la ortodoxia empresaria y concluyó que “ahora no hay límites para los reclamos”. Si bien todos presentaron algún pedido, los popes fabriles coincidieron en la necesidad de una nueva estructura impositiva; más específicamente, solicitar una rebaja de las retenciones agropecuarias. Los representantes pymes se mostraron preocupados por el impacto que pueda tener esa medida en el precio interno de los alimentos y, en consecuencia, en mayores reclamos salariales.

La reunión fue encabezada por el vicepresidente primero de la UIA, Miguel Acevedo, debido a que el titular de la cámara, Héctor Méndez, se ausentó porque debía realizarse estudios médicos. “Está todo muy crudo y es un lío bárbaro. Cada uno viene con pedidos y resoluciones que quiere presentar y con la cabeza que quiere cortar”, señaló uno de los involucrados en la reunión. La cúpula tomó nuevos bríos luego de que el gobernador chubutense Mario Das Neves asegurara que el Partido Justicialista comenzará a “tener reuniones con los distintos sectores que conforman la vida cotidiana” (ver página 7).

No bien finalizó el encuentro, la entidad emitió un comunicado formal con los puntos tratados. Según el texto, se analizó la “normalidad y transparencia” con que se llevaron adelante los comicios y la necesidad de “revalorizar el diálogo y la búsqueda de consensos entre el Gobierno, el Parlamento, las entidades empresarias y las organizaciones de los trabajadores”. Sin embargo, el convite se centró en el espacio cedido en el Congreso por el oficialismo y el lugar que pasará a ocupar de ahora en más el empresariado. Tal como había quedado claro a principio de año en la cumbre de las siete corporaciones económicas más importantes del país, denominadas G-7, se acercaron las posiciones entre la industria y el campo para presionar.

La estrategia común entre ruralistas e industriales se cristalizó con el consenso para ir hacia una modificación de la retenciones rurales. “De los pedidos, sobresalió el de una nueva estructura impositiva, principalmente el tema de las retenciones”, explicó la fuente. La cuestión fragmentó las opiniones, debido a que, como sucedió con el campo, las pequeñas y medianas industrias se verán perjudicadas con una rebaja indiscriminada de las retenciones al campo. “A las pymes las complica, porque suben los alimentos e, indefectiblemente, tendremos que ajustar los salarios, que en las pymes es una participación importante de los costos”, dijo un directivo que representa ese sector. En la colaboración campo-industria se incluirán temas laborales. Una fuente del sector agropecuario remarcó la insistencia de la UIA para que los ruralistas integren la próxima discusión con los gremios en el Consejo del Salario. La actividad rural se caracteriza por su alto grado de informalidad.

Entre las cabezas que, literalmente, buscan echar a rodar, se mencionó a Carlos Fernández, ministro de Economía, y al secretario de Comercio, Guillermo Moreno. El empresariado menos beligerante reconoce algunos temas que deberán ser incluidos en la agenda oficial. Sin embargo, insisten en que el resultado del domingo “no fue contra el modelo, sino sobre el estilo (de gobernar)”, opinó otro de los presentes. “Esperemos que la discusión por la gripe A sirva para descomprimir tanta tensión”, ironizó el empresario.

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