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La Bolsa porteña volvió a operar en positivo y logró ayer su máximo desde finales de 2007. Favorecido por un mejor contexto bursátil afuera, el incremento en el precio del petróleo y la recuperación de los títulos públicos locales, el panel líder del mercado alcanzó un alza del 2,1 por ciento. De esta manera, el índice accionario rebasó el excelente desempeño que venían acumulando en las últimas semanas los papeles de deuda argentina. De todos modos, los bonos detuvieron la toma de ganancias y avanzaron un uno por ciento en promedio. La fragilidad del dólar continuó siendo el motor de la escalada en los valores de los commodities. Al respecto, desde la Reserva Federal reconocieron la necesidad de reducir el déficit presupuestario estadounidense.
El índice Merval, que está compuesto por acciones de catorce empresas de primera línea, finalizó ayer en 2253 unidades. Se trata de su nivel más alto desde noviembre de 2007, mes previo a la asunción de Cristina Fernández. Luego tuvieron lugar el conflicto con las corporaciones agropecuarias, la crisis financiera internacional y la estatización de las administradoras privadas de pensión. La caída se intensificó durante la última parte del año pasado y la primera de éste. Sin embargo, en los últimos meses bonos y acciones locales se vieron favorecidos por la vuelta de los inversores a los activos de países emergentes. El exceso de liquidez que generaron los rescates multimillonarios de los Estados Unidos y Europa también sirvieron para alentar ese comportamiento.
Si bien las mejoras son más acotadas que en septiembre, esa recuperación sostenida de los títulos públicos sirven para explicar el comportamiento de una parte del Merval. Los bancos, tenedores de una parte importante de la deuda pública doméstica, se beneficiaron con la mayor cotización de esos títulos. Esto se reflejó en el valor de sus acciones. A pesar de su baja incidencia en la composición del índice, el repunte de los bancos Macro, Patagonia y el Grupo Financiero Galicia impulsó el alza del Merval. Por su parte, los papeles de Tenaris (subieron 3,25 por ciento), constructora de tubos sin costura para la actividad petrolera, ganaron con la suba del crudo. El petróleo se acercó a los 80 dólares. El crudo ligero WTI finalizó en 79,49 dólares por barril.
Esa mejora en los precios de las materias primas fue otra vez el reflejo de la debilidad del dólar. La pérdida de posiciones de la moneda estadounidense podría además alimentar un proceso inflacionario en los países exportadores de petróleo. Esto hace presuponer que este grupo de Estados petroleros presionarán para abandonar al dólar como reserva internacional. Las autoridades estadounidenses entendieron el mensaje y la Fed adelantó su intención de reducir el déficit presupuestario. El titular de la Reserva, Ben Bernanke, afirmó que es necesario achicar sustancialmente ese rojo. Es por eso que también anunció haber probado una absorción de liquidez del sistema financiero.
La reacción en Nueva York se consolidó con esta información, mientras un gran número de empresas presentó balances positivos, lo que podría permitir especular con una pronta salida de la crisis. El resultado fue un alza del uno por ciento en el Dow Jones. Del otro lado del Atlántico, los mercados europeos sintonizaron la misma tendencia y en este caso sobresalió el índice Dax de Francfurt, con un 1,9 por ciento.
En la plaza local, la suba del Merval fue tímidamente acompañada por el avance de algunos títulos públicos. El principal bono del canje de la deuda de 2005, el Descuento, trepó 1,2 por ciento a 99 pesos. El Par en pesos ganó 0,3 por ciento y en dólares casi 3 por ciento. Por su parte, el Boden 2012 evidenció una recuperación de 0,3 por ciento. El apetito por los activos bursátiles mantuvo su correlato inverso con la plaza cambiaria, aunque en menor medida. El dólar se mantuvo en 3,84 pesos y el euro sumó dos centavos a 5,76 pesos. En el segmento mayorista ajustó al alza una milésima a 3,822 pesos, con escasa participación del sector exportador, que especuló con una intervención de última hora de parte del Banco Central. Sin embargo, la autoridad monetaria no participó de la rueda, que se reflejó en el escaso volumen negociado, de 254 millones de dólares. El stock de reservas se ubicó en 45.785 millones de dólares.
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