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Economía|Sábado, 7 de noviembre de 2009
El Gobierno empezó el proceso de liquidación de Lafsa, la empresa que nunca voló

Ultimos seis meses de la aerolínea fantasma

La compañía fue creada en 2002 para rescatar a 900 trabajadores de LAPA y Dinar. Se propuso volar a todo el país y al exterior, pero jamás logró ponerse en marcha. Unos treinta empleados que seguían allí fueron despedidos el mes pasado.

Por Sebastián Premici
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El plan de acción de Lafsa contemplaba un ambicioso esquema de escalas y frecuencias y la prestación de servicios a otras aerolíneas.

El Gobierno dispuso el inicio del proceso de liquidación de Líneas Aéreas Federales (Lafsa). La compañía, creada por decreto durante los últimos días de la presidencia de Eduardo Duhalde e inaugurada oficialmente por Néstor Kirchner en octubre de 2003, nunca voló, a pesar de haber contado con una amplia estructura de gerentes, pilotos, azafatas y técnicos. La liquidación de la aerolínea deberá realizarse en los 180 días posteriores a la inscripción del proceso en la Inspección General de Justicia. Según el decreto que firmaron la presidenta Cristina Fernández de Kirchner; el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; el ministro de Economía, Amado Boudou, y el ministro de Planificación, Julio De Vido, la compañía “cumplió con sus objetivos”. El decreto también indica que todos los trabajadores que sigan perteneciendo a Lafsa pasarán a trabajar bajo la órbita de la Secretaría de Transporte. Sin embargo, un grupo de treinta trabajadores denunció a Página/12 que en octubre fueron echados –con pago de indemnización– a pesar de que les habían prometido el pase al organismo que controla la aviación civil.

El encargado de realizar la liquidación será Alberto Bidart, quien ofició de presidente de la compañía durante toda su existencia y en un comienzo estuvo secundado por Jorge Eduardo Baravalle, consuegro del ex ministro Roberto Lavagna. “La Presidenta nos había pedido no bien asumió que liquidásemos Lafsa en el menor tiempo posible, porque no tenía sentido seguir sosteniéndola generando gasto al Estado”, señaló ayer el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi. Sin embargo, el Estado se tomó casi dos años para liquidar la compañía, a pesar de que el propio De Vido dijera a mediados de 2007 que la empresa “ya había desaparecido”.

Lafsa nació como respuesta política a un problema gremial, tras la caída de LAPA y Dinar. El fracaso de esas dos aerolíneas había dejado en la calle a 900 personas, en un contexto social todavía convulsionado luego de la crisis de diciembre de 2001. El plan de acción de Lafsa contemplaba la prestación de servicios técnicos a todas las aerolíneas que entraran al país y un ambicioso esquema de escalas y frecuencias.

“A nosotros nos pidieron armar la compañía, y eso fue lo que hicimos. Logramos la obtención de las rutas que nos llevó mucho tiempo. Luego, desde el Gobierno se decidió hacer un proyecto mixto con Southern Winds que funcionó durante dieciocho meses”, afirmó Bidart a este diario.

“La idea de Lafsa era buena, pero no se animaron a ir a fondo. El principal responsable que hizo fracasar el proyecto fue (Ricardo) Jaime, a partir de que la ató a Southern Winds, compañía que cerró luego del escándalo de la valija con droga hacia España. De haber jugado fuerte, quizás el Estado se hubiera ahorrado el rescate de Aerolíneas Argentinas”, afirmó a este diario el diputado Ariel Basteiro.

El fracaso de Lafsa fue el puntapié inicial para que LAN pisase fuerte en el país. El costo para que la aerolínea chilena ganase cada vez más rutas en el país fue hacerse cargo de aproximadamente 800 trabajadores de Lafsa.

El proceso de decadencia de la aerolínea ahora en liquidación fue largo y costoso para el Estado, ya que año a año recibió asignaciones presupuestarias para sostener gerentes, pilotos, azafatas y técnicos que nunca llegaron a volar. Entre 2003 y 2007, el Estado habría de-sembolsado aproximadamente 130 millones de pesos. Según indicó Bidart, hasta hace un año había 40 empleados, entre ellos maleteros y personal administrativo. “Muchos ya fueron absorbidos por empresas ferroviarias que dependen del Estado y otros ingresaron en el organismo de aviación civil. A los que se fueron se les pagó indemnización a partir de la venta de algunos activos de Lafsa. Así que la liquidación de la empresa comenzó hace tiempo. También quedan pendientes algunos juicios laborales”, agregó Bidart.

Sin embargo, lo que comenzó como un proceso para rescatar 900 trabajadores que venían de LAPA y Dinar terminó con varios empleados en la calle. Según denunció a este diario Hernán Perdigonde –un ex trabajador de Lafsa–, en septiembre cerca de 30 empleados recibieron un telegrama de despido. “Hicimos de todo para poder trabajar, nunca fuimos ñoquis. Lamentablemente esta historia terminó con el despido para un grupo de trabajadores. Nos prometieron pasar a la aviación civil, tenemos la firma de Jaime con ese compromiso. El actual secretario Schiavi no nos recibió en ningún momento. Ya es tarde para hacer una medida de fuerza”, lamentó.

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