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Economía|Sábado, 14 de noviembre de 2009
La asignación por hijo reducirá la pobreza a la mitad en la provincia de Buenos Aires, según un estudio privado

Una vía para empezar a escaparle a la pobreza

La consultora Equis elaboró un informe que estima que la pobreza bajará de 32 a 17,7 por ciento gracias al nuevo beneficio. Es una proyección que parte de supuestos distintos de los del Indec. La indigencia caería a 3 por ciento, su mejor registro en 18 años.

Por David Cufré
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Más de un millón de personas ya consultaron en la Anses desde que se anunció la asignación.

La Anses ya atendió a más de un millón de personas que fueron a consultar por la nueva asignación por hijo. Semejante movilización en apenas catorce días desde que el Gobierno anunció la medida permite vislumbrar su impacto para los beneficiarios. La consultora Equis, del sociólogo Artemio López, elaboró un informe que explica la razón de esa avalancha sobre las oficinas del organismo de la seguridad social: el subsidio reducirá casi a la mitad el nivel de pobreza –por ingresos– en la provincia de Buenos Aires, mientras que la indigencia bajaría al 3 por ciento. Este último indicador volvería al mejor registro para el distrito de los últimos 18 años, exactamente 3,0 por ciento en octubre de 1991, luego del frenazo en los precios por la entrada en vigencia de la convertibilidad. De ahí en más siempre fue hacia arriba, hasta alcanzar un pico de 22,7 por ciento en mayo de 2002.

La investigación de Equis parte de supuestos distintos de los del Indec. Estima que la Canasta Básica Total, que es la que determina la línea de pobreza, asciende a 1470 pesos, muy por encima de los 1045,6 pesos que informó anteayer el Indec para octubre. A la Canasta Básica Alimentaria, que fija la línea de indigencia, le asigna un valor de 710 pesos, contra los 463,9 pesos del Instituto. Eso eleva los pisos de ingresos necesarios para que una familia tipo no sea considerada pobre o indigente. Con esos parámetros, López llega a la conclusión de que la pobreza en el Gran Buenos Aires asciende en la actualidad al 32 por ciento. El Indec, muy por el contrario, sostiene que se ubica en 14,0 por ciento, mientras que a la indigencia la estima en 3,8. A nivel nacional, el organismo registra 13,9 por ciento de personas pobres y 4,0 por ciento de indigentes.

Para Equis, entonces, la asignación por hijo llevará la pobreza del 32 por ciento actual –según su registro para Buenos Aires– al 17,7 por ciento en 2010. Sin embargo, López aclaró que la caída será todavía más importante, ya que los cálculos de la consultora fueron hechos considerando sólo los 144 pesos por mes que cobrarán los destinatarios de la asignación, contra los 180 previstos. La diferencia de 36 pesos la recibirán cuando acrediten que sus hijos cumplieron con los requisitos sanitarios y de escolaridad, en marzo de cada año. Equis computó sólo los 144 pesos, por lo cual el descenso efectivo de la pobreza será más significativo, según indicó López a este diario.

Otro elemento central para el ejercicio es la proyección de inflación. Equis estimó que la suba de precios promedio para la población ubicada debajo de la línea de la pobreza será de 16,4 por ciento, “porque en dicho sector tiene mayor impacto la evolución de los precios de alimentos y bebidas”. “Los supuestos son conservadores, por lo cual consideramos que el impacto de la asignación por hijo sobre los niveles de pobreza e indigencia será muy marcado”, destacó el sociólogo.

Otro dato que surge del estudio es que en la actualidad el 42,9 por ciento de los menores de 18 años de Buenos Aires son pobres –según Equis–, cifra que bajará a 27 por ciento a partir del pago de la asignación por hijo a desocupados, trabajadores informales y empleadas domésticas.

Más allá de las cifras, el Gobierno y especialistas en temas sociales coinciden en que es necesario cambiar la forma de medir la pobreza y la indigencia, ya que el enfoque actual se limita a una comparación de ingresos y costos: se establecen los valores de las canastas básica y alimentaria y se los contrapone con los datos de ingresos recolectados en la Encuesta Permanente de Hogares. Quienes no alcanzan a superar aquellos umbrales son considerados pobres o indigentes. De este modo, no se toman en cuenta otros elementos centrales, como el acceso a la educación, a la salud, a la vivienda, a servicios básicos como el agua, a bienes culturales, a las posibilidades de conseguir trabajo y otras condiciones para el desarrollo personal y familiar. En este sentido, el mayor mérito de la asignación por hijo es el reconocimiento de un derecho a sectores históricamente postergados, a quienes hasta no hace mucho se estigmatizaba con el discurso de que buscaban cobrar sin trabajar con los planes sociales.

El estudio de Equis hizo también una proyección del impacto de la asignación sobre la pobreza durante diez años. Si el beneficio no fuera actualizado, la pobreza volvería a 28,5 por ciento en 2019. El dato sirve para reflexionar sobre un aspecto crucial de este nuevo subsidio: si no se lo aumenta año a año, su incidencia se irá diluyendo en el tiempo a causa de la inflación.

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