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Economía|Miércoles, 18 de noviembre de 2009
Acuerdan un aumento del 20 por ciento en las tarifas aéreas de cabotaje a partir de hoy

Aviación comercial en busca de aire

El secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, indicó que se contempló la necesidad de hacer frente a los mayores costos operativos. El ajuste de tarifas supondría dejar de lado los compromisos de compensación vía subsidios.

Por Cledis Candelaresi
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El pasaje simple Buenos Aires-Córdoba tendrá un valor máximo de 399 pesos y 210 de referencia.

Luego de una demora que llegó a inquietar a las líneas aéreas locales, la Secretaría de Transporte autorizó un ajuste en la banda que regula el precio de los pasajes domésticos, habilitando un incremento de hasta el 20 por ciento a partir de hoy. Este aumento, anticipado por Página/12, permitirá oxigenar las cuentas de todas las operadoras de cabotaje y tendrá un valor singular para Aerolíneas Argentinas y Austral, cuyo voluminoso déficit operativo demanda con urgencia un refuerzo de ingresos. A esta buena noticia para las empresas del rubro se contrapone el dato de que, por el momento, no hay intenciones del Gobierno de reactivar el subsidio sobre combustible.

A través de la resolución 227/09, Juan Pablo Schiavi habilitó una modificación de las bandas que regulan el precio de los tickets aéreos locales imponiéndoles un piso y un techo. Según precisa la norma, podrán ajustarse hacia arriba tanto los valores máximos como los de referencia, que permiten cobrar hasta un 20 por ciento menos o hasta un 80 por ciento más de lo que indican.

En un anexo de la norma figuran los nuevos valores vigentes desde hoy: Buenos Aires-Bahía Blanca, con una referencia de 210 pesos y un máximo de 364; Buenos Aires-Córdoba, 210 y 399 pesos, respectivamente; Buenos Aires-Mendoza, precios de 270 y 514; Buenos Aires-Ushuaia, 317 pesos el primero y 602 el máximo, y para Buenos Aires-Esquel, 374 y 713 pesos.

Esta histórica estrategia de regular el precio de los pasajes domésticos ha sido muy cuestionada en los últimos años por las líneas aéreas locales, que aspiran a la liberación total, a semejanza del criterio que rige para los pasajes internacionales. Uno de los argumentos empresarios es que esa anhelada libertad les permitiría instrumentar con mayor soltura la política denominada de revenue management, que permite oscilar el valor de cada ticket en función del momento en que se hace la compra y del nivel de ocupación del vuelo. Así, aseguran, el costo promedio de viajar terminaría bajando. Pero esto es algo que por ahora no figura en la agenda oficial.

Para zafar al corsé que le imponen las bandas tarifarias, algunas aerolíneas permiten completar el precio del pasaje con el millaje acumulado por aquellos viajeros suscriptos al sistema de fidelidad. Una forma de perforar el piso y poder vender pasajes por debajo del límite inferior indicado por el Estado y disputar así viajeros a otros. Por el momento, una práctica que los competidores miran de reojo con fastidio, sospechándola de dumping, pero que nadie cuestionó formalmente.

“Las empresas nos solicitaron el aumento para hacer frente a sus mayores costos y es algo que veníamos trabajando desde hace tiempo”, precisó ayer Schiavi, destacando que en esta tarea también se involucró a la Asociación Nacional de Aviación Civil (ANAC). Sin duda que la posibilidad de aplicar un aumento justo en vísperas de la temporada estival será aplaudida también por LAN, Andes, Sol, Aerochaco y el resto de empresas que operan rutas domésticas en forma regular, al punto que ya tienen listos sus cuadros tarifarios con aumentos que en casi todos los destinos lucrativos llevarán el valor de los pasajes al tope de la banda.

Quizás esto compense en parte la falta de apoyo estatal para cubrir una parte del precio de la aeronafta en los vuelos domésticos. En virtud de un acuerdo suscripto con las empresas y las proveedoras de combustible (YPF, prioritariamente, Esso y Shell de modo subsidiario), el Estado se comprometía a subvencionar aquella parte del precio que superase 1,80 o 2,05 pesos el litro –según la región del país–, siempre y cuando el barril de petróleo estuviera por encima de los 75 dólares. El convenio empezó a aplicarse pero uno y otro precio cayeron, lo que desactivó el subsidio. Ahora, con un barril a 78 dólares y un precio por litro de la nafta aérea que supera los 2,40, se cumplen las condiciones para que el Tesoro vuelva a acudir en auxilio de las aerolíneas.

Sin embargo, por ahora no hay intención oficial de reactivarlo para nadie. Aunque ningún funcionario lo explicite, rige aquí idéntica estrategia que para los precios de los servicios energéticos: paulatinamente el Estado irá restando su auxilio, dejando que sean los usuarios quienes asuman los mayores costos de la prestación.

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