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Economía|Lunes, 8 de marzo de 2010
Las cuentas públicas están lejos de la situación “desesperante” que señalan algunos opositores

En sintonía con el resto de la región

En 2009 el superávit fiscal primario fue 1,5 por ciento y si no se contabilizan ingresos excepcionales se convierte en un déficit de 0,4. Las cifras son similares o mejores que las de otros países de la región que también sintieron el impacto de la crisis.

Por Fernando Krakowiak
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El ministro de Economía, Amado Boudou, sigue los números de cerca.

La discusión por el uso de las reservas para el pago de deuda reinstaló el debate sobre la situación fiscal e incluso dio lugar a que algunos políticos de la oposición formulen proyecciones alarmistas sobre un supuesto “agujero negro” imposible de tapar. Sin embargo, las cuentas públicas están lejos de evidenciar una situación desesperante. Argentina obtuvo el año pasado un superávit fiscal primario de 1,5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Algunas consultoras privadas, como Econométrica y Estudio Bein, afirman que, si no se hubiesen contabilizado adicionales como el giro excepcional que hizo el FMI a sus países miembros, las utilidades del Banco Central y los intereses de la cartera de la Anses, habría habido un déficit de apenas 0,4 por ciento del PIB. Para este año prevén que, sin contar ese tipo de adicionales, el rojo será del 0,6 por ciento, incluso con el nivel de gasto actual, aunque podría ser menor si la economía se sigue recuperando y la recaudación crece. Para quitarle dramatismo a la situación, basta con mostrar que esos ratios son similares o incluso mejores de los que se manejan en otros países de la región que también sintieron el impacto de la fenomenal crisis internacional. Lo que sigue son sólo algunos ejemplos.

- Chile. Es uno de los países que suele ser citado periódicamente como ejemplo a seguir por el establishment local. Sin embargo, el año pasado sus cuentas públicas arrojaron un déficit equivalente al 4,5 por ciento del PIB. El rojo fue consecuencia de una suba interanual de 17,8 por ciento en el gasto del gobierno central, justo en el momento en que los ingresos cayeron 23,2 por ciento, fundamentalmente debido a una baja de 20,4 por ciento de la recaudación tributaria con respecto a 2008. El director de Presupuestos, Alberto Arenas, justificó la situación al afirmar que “es consecuencia de la peor crisis global en décadas, que el país enfrentó con planes económicos adoptados de forma oportuna y contundente”. De hecho, el gobierno de Michelle Bachelet destinó más de 4.000 millones de dólares para incentivar el empleo y la actividad productiva y entregó bonos en efectivo a los sectores más vulnerables, que beneficiaron a más de tres millones de personas.

- Uruguay. El déficit fiscal llegó al 2,1 por ciento del producto el año pasado, su peor desempeño desde 2003. El deterioro de las cuentas públicas se explicó porque el gasto creció 11 por ciento y los ingresos 9 por ciento. Los mayores aumentos en el gasto correspondieron a importación de energía, generación térmica, remuneraciones e inversiones. Una misión del FMI, encabezada por Gastón Gelós, viajó en septiembre a Montevideo y recomendó reducir el gasto para llevar el déficit a 1 por ciento este año. José Mujica asumió la presidencia hace apenas una semana y todavía no se sabe que hará.

- Paraguay. A principios de diciembre del año pasado, el ministro de Hacienda, Dionisio Borda, había pronosticado un déficit fiscal primario de 1,1 por ciento del PIB para 2009. El 30 de diciembre adelantaron que el rojo de apenas 0,5 por ciento. Sin embargo, a comienzos de enero el ministro sorprendió al anunciar que el año había cerrado con un superávit primario de 0,1 por ciento del producto. La oposición denunció que eso era imposible porque la deuda flotante no cancelada llegaba a 195,6 millones de dólares. Sin embargo, Hacienda retrucó que tenía tiempo hasta el 28 de febrero para cancelar esos pasivos y como los pagos estaban previstos no se habían contabilizado en el debe. Más allá de la “contabilidad creativa” que todos los países llevan adelante, lo cierto es que a fines de enero Hacienda anunció un fuerte recorte de gastos.

- Brasil. Obtuvo uno de los mejores resultados de la región. El sector público consolidado, que comprende al Tesoro Nacional, la Previsión y el Banco Central, registró un superávit primario en 2009 equivalente al 1,25 por ciento del PIB, bastante menor que el 2,4 por ciento de 2008.

- Colombia. El gobierno de Alvaro Uribe informó a comienzos de año que el déficit fiscal del sector público consolidado trepó a 4,1 por ciento del PIB en 2009. El año anterior el rojo había sido de 2,3 por ciento. “El aumento obedeció a la decisión de no afectar la inversión pública en un contexto de caída de ingresos”, aseguró el ministro de Hacienda, Oscar Zuloaga. Este año lanzaron un plan de ajuste, pero las primeras proyecciones indican que igual el déficit treparía a 4,5 por ciento.

Esta comparación se limitó a tomar como ejemplo algunos países del cono sur, pero si se toma como referencia a los países europeos más golpeados la brecha es abismal. Basta con decir que Grecia tuvo en 2009 un déficit público de 12,7 por ciento del PIB y España de 11,4 por ciento, mientras que para este año el Reino Unido proyecta un rojo de 12,8 por ciento.

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