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La reapertura del canje de deuda quedaría destrabada en los primeros días de la semana entrante, una vez que el organismo regulador del mercado de capitales de Italia complete su aprobación e inscripción. Así lo adelantó ayer Amado Boudou desde Washington, adonde se desarrolla la cumbre de ministros de Economía del Grupo de los 20 y la asamblea de primavera del FMI. “Tenemos indicios de que en los primeros días de la semana que viene se estarían completando los trámites administrativos” para autorizar la oferta a los holdouts, afirmó el funcionario. Fue luego de una jornada intensa de reuniones, incluido un encuentro con el representante del FMI para el Hemisferio Occidental, Nicolás Eyzaguirre, con quien “no se habló” de la posibilidad de que el organismo de crédito vuelva a auditar la economía argentina en el marco del artículo IV de su estatuto.
El mercado financiero argentino está expectante por la concreción del canje, que sigue demorado por las trabas que surgieron en Italia y Luxemburgo para aprobar la operación. De acuerdo con la versión del Palacio de Hacienda, son cuestiones burocráticas menores, pero en los hechos retrasaron el proceso más de dos semanas –debía empezar el 14–. El equipo económico está rogando que el escenario financiero mundial no sufra ningún sacudón que impacte en la cotización de los bonos locales y, en consecuencia, le quite atractivo a la propuesta y al porcentaje de adhesión. El riesgo mayor es que Grecia termine de explotar, aunque el país europeo ahora se encamina a aceptar la “ayuda” –que lo fuerza a un abrupto ajuste fiscal– internacional. Los temores de Economía quedarían disipados en pocos días, si como dijo Boudou, Italia –y Luxemburgo como espejo– termina de autorizar el canje.
La otra cuestión que ocupó ayer la atención del ministro fue su encuentro con Eyzaguirre. Boudou insistió en que allí no se habló de que el Gobierno vuelva a aceptar las revisiones del artículo IV. “Ahora la relación Argentina-Fondo pasa más por carriles institucionales que financieros”, indicó el funcionario. “Es razonable que en la memoria colectiva de los argentinos la relación pase por lo financiero, dado lo que ocurrió en los ’70, en los ’80 y en los ’90. Pero en esta etapa, con la presencia de Argentina en el G-20, arreglando el tema del default que no produjo este Gobierno, y habiéndole pagado completamente al Fondo, la agenda es más institucional que financiera”. completó.
Al ser consultado sobre las observaciones del FMI a los números del Indec, Boudou dijo que el Fondo “hace un llamado de atención pero utiliza las cifras” del Instituto en sus documentos. “Lo que a nosotros nos interesa es que las cifras argentinas son las oficiales” para el FMI, agregó. “Además, sabemos que los analistas privados no tienen capacidad de recolección ni de procesamiento para elaborar índices de envergadura”, advirtió.
La agenda de Boudou tendrá hoy como principal actividad una entrevista con la ministra de Finanzas de Francia, Christine Legarde, quien es además secretaria del Club de París. El ministro anticipó que le planteará que la negociación con ese grupo de acreedores pase “por un arreglo global a través de la Secretaría del Club”, lo que evitaría el requisito de la revisión del Artículo IV. Si esto no prospera, afirmó, la forma de arreglar esa deuda “sería con negociaciones individuales” con cada país acreedor. “Es como en el canje, estamos trabajando para obtener lo mejor para la Argentina y eso requiere paciencia, capacidad de análisis y gestión”, describió.
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