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Economía|Miércoles, 5 de mayo de 2010
Después de Grecia, el epicentro de la crisis financiera se trasladó a España

En el Mediterráneo están de malas

El rumor de que el gobierno español negocia un plan de rescate multimillonario para evitar el default golpeó con fuerza en el país ibérico. El pánico se trasladó a Europa y el mundo. Rodríguez Zapatero lo desmintió, pero no pudo frenar la caída.

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La Bolsa de Madrid se desplomó, pero en España el mayor problema es una desocupación de 20 puntos.

La incertidumbre no abandona las costas del mar Mediterráneo. Tras el anuncio de un megapréstamo a Grecia por 145 mil millones de dólares para el período 2010-2012, llegó el turno de España. El sector financiero del país ibérico tembló ante los “rumores” que señalaban el inminente anuncio de un plan de rescate para la economía española por más de 300 mil millones de dólares. El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, calificó como una “absoluta locura” las versiones. Aunque el FMI, las agencias calificadoras de riesgo, la OCDE y las autoridades de la Unión Europea también se expresaron en esa sintonía, la noticia repercutió en la plaza bursátil de Madrid. Las acciones cayeron 5,4 por ciento y retrocedieron hasta su nivel más bajo desde julio del año pasado. Sin embargo, la profundidad de la crisis en España excede a la evolución del mercado financiero. Allí el desempleo ascendió hasta el 20,1 por ciento en el primer trimestre del año.

“Es intolerable y provoca daño a España. No hay ninguna verdad en esos rumores, son una absoluta locura. Toda especulación sobre la estabilidad de la Eurozona es infundada e irresponsable”, apuntó Rodríguez Zapatero al rechazar la posibilidad de que España se encuentre al borde de una situación de cesación de pagos y requiera de un multimillonario paquete de asistencia financiera del FMI. “No podemos estar continuamente pendientes de las especulaciones, hay que verificar datos objetivos”, subrayó el mandatario al destacar la solvencia y capacidad de recuperación de su economía, así como de la portuguesa.

“Si un rumor de esta naturaleza, que es un despropósito descomunal, provoca un efecto inmediato en nuestras Bolsas, estaríamos ante un hecho muy grave”, apuntó el presidente español. El “reclamo implícito” del mercado detrás de los rumores y ante la siempre latente crisis del sector financiero es la reducción de los demonizados niveles de déficit presupuestario y en cuenta corriente de países como España, Irlanda, Portugal y Grecia.

A pesar del intento de Rodríguez Zapatero para neutralizar el impacto de los rumores en la plaza financiera, el índice líder de la Bolsa de Madrid retrocedió 5,4 por ciento. Las mayores caídas estuvieron concentradas en el sector bancario y las empresas constructoras. En Atenas, a pesar de los anuncios de rescate del fin de semana, la caída de la Bolsa fue más profunda, 6,6 por ciento. El ruido también se sintió en Lisboa, donde las acciones cedieron 4,2 por ciento, mientras que en Milán el retroceso alcanzó el 4,7 por ciento. En tanto, la cotización del euro marcó un nuevo mínimo del año, al ubicarse en 1,30 dólar.

En ese escenario, la única alternativa tolerable para los inversores es el compromiso y cumplimiento de planes de ajuste, en países en donde el desempleo se encuentra en niveles históricamente elevados y la actividad económica recién empieza a mostrar señales de recuperación. A su vez, esos análisis parecen desconocer el impacto negativo que esa situación podría tener sobre el nivel de demanda agregada en el resto de la Unión Europea.

De todas formas, el gobierno español se comprometió recientemente a reducir el déficit público –para ubicarlo dentro del 3 por ciento tolerado por la UE en 2013– y avanzar en un conjunto de reformas laborales, similares a las emprendidas por el gobierno menemista en Argentina a mediados de los noventa. “Lo vamos a cumplir. No tenemos ninguna duda, ni ningún riesgo de que se produzca un efecto contagio”, apuntó la vicepresidenta primera del gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega.

En tanto, en Grecia la reducción del déficit y el nivel de deuda pública a partir del recorte de salarios del sector público, supresión del aguinaldo y el incremento en la edad de jubilaciones son las condiciones para acceder al paquete de ayuda financiera que generan un amplio rechazo entre los trabajadores (ver página 24).

A pesar de la baja en la calificación de deuda soberana española realizada por Standard & Poor’s desde AAA –la más elevada– hasta AA, la semana pasada, las otras dos agencias calificadoras (Fitch y Moody’s) aseguraron que mantendrán la máxima nota crediticia. Al mismo tiempo, las autoridades francesas y alemanas están impulsando la creación de una agencia de calificación europea para dejar de depender de las recomendaciones de las consultoras estadounidenses.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se sumó al conjunto de organismos que rechazaron los rumores al resaltar que la relación entre la deuda y el PIB es considerablemente menor que la griega. La deuda representa el 52 por ciento del producto, mientras que en la economía helénica la relación alcanza al 115 por ciento. A su vez, Rodríguez Zapatero resaltó que el desempleo en España, el más elevado entre los miembros de la Unión Europea, retrocedió sensiblemente por primera vez en ocho meses.

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